Inzaghi y Allegri, dos crisis similares

Falta de resultados, partidos, ideas: partidos como grandes favoritos, en pocas semanas se perdieron Inter y Juve

Los dos viejos oponentes del fútbol italiano nunca se han parecido tanto como ahora. Juve e Inter están en una profunda crisis de resultados, juegos e ideas. Empezaron como grandes favoritos, se perdieron en pocas semanas. No son tanto, o no solo, los puntos dejados en el campo los que evocan la palabra crisis sino los servicios ofrecidos, en absoluto acordes con las inversiones realizadas y muy por debajo del potencial de dos plantillas que por calidad y cantidad obligan a quienes impulsarlos a luchar por el Scudetto.

los bianconeri

Allegri apela a las lesiones ya las muchas ausencias, que ciertamente las hay. Pero no explican la pasividad del equipo, la involución de algunos jugadores, la ausencia de espíritu de equipo. La Juve de Allegri siempre ha esperado a sus rivales incluso en los buenos años que fueron, los de la Scudetti a racimo. En esta Juve de Allegri ha desaparecido el deseo de seguir apegado al resultado, ya no existe el cinismo con el que supo explotar todas las oportunidades aprovechables, ya no existe la perversidad en defensa, en los contrastes. Atrás quedó la determinación feroz que utilizó cuando había una situación imposible de recuperar. Esta Juve no juega en equipo. Las compras más importantes y preciadas están irreconocibles: Di María, Kostic, Paredes. Emprende el camino de la involución ya recorrido por Vlahovic, que para marcar debe aferrarse a las faltas o los penaltis porque no le queda otra cosa. En este inestable momento de solidez de la Juventus, de hecho granito, solo existe el fuerte contrato que une a Allegri con el club. ¿Se mantendrá? De momento sí, al menos hasta que la empresa crea que tiene más que perder manteniéndolo que afrontando el costoso despido. La Juve no puede permitirse el lujo de no pasar a los octavos de final de la Champions League y, al mismo tiempo, comprometer la clasificación para la próxima edición.

los nerazzurri

El Inter vive en la misma situación. Inzaghi cuenta con el equipo de la temporada pasada, excepto Perisic. Pero por muy fuerte que sea el croata, su ausencia no es suficiente para explicar por qué el Inter ha caído en este pozo de resultados y de juego. Ya ni siquiera es un equipo físico, porque el Udinese lo dominó de principio a fin. Inzaghi se ha enfrentado a un grupo que fue campeón de Italia, en cambio, ahora deambula en el medio de la tabla, con tres derrotas en la liga en siete juegos. Las responsabilidades del técnico son obvias. Exigió colaboradores de su plena confianza que no parecen haber dado mucho a la causa. Correa quería, sobrepagado pero siempre impalpable, como el año pasado Caicedo. Ayer se equivocó al cambiar a la media hora Bastoni y Mkhitaryan, cuando el partido estaba equilibrado. Un error técnico, capaz solo de alimentar la confusión dentro del equipo. El club creía que Inzaghi podía representar la versión suave, tranquilizadora y menos obsesiva del sistema Antonio Conte, incluido el juego. Pero sin obsesión no hay resultados. El club también se equivocó: por ejemplo no cerrar la compra de Dybala. Con él sería un Inter diferente. Pero la Juve también lo sería. Es por eso que los dos enemigos de siempre, como decíamos, nunca se han parecido tanto como ahora.

los demás

Pioli tiene razón en estar descontento con el Milán. Dominó el juego y, sin embargo, perdió. Demasiadas oportunidades desperdiciadas, en algunos casos por demasiada seguridad. Es cierto que hay dos travesías, pero también una serie de errores imperdonables en estos desafíos. El Napoli tuvo el mérito de jugar a ganar cuando tras el empate de Giroud parecía a punto de no estar a la altura de la comparativa. Sin embargo, son los dos equipos más europeos, sin vergüenza y táctica, bien preparados. La verdadera sorpresa es el Atalanta revisitado por Gasperini en una versión más concreta, menos espectacular, que por eso mismo todavía tiene margen de crecimiento. Ganar a la mejor Roma de la Liga en el Olímpico es una señal. Mourinho tiene tiempo de sobra para capitalizar lo que ha demostrado el equipo en los próximos partidos, especialmente en la segunda parte. Este es un campeonato muy extraño con un parón muy largo para el campeonato mundial (nunca visto en la historia) y una segunda parte que es una concentración de juegos y estrés. No sólo puede pasar cualquier cosa, sino que verás que pasará cualquier cosa.



ttn-es-14