El técnico del Inter es el único técnico de la primera división que no ha ganado un campeonato. Y el club nerazzurro le arma un equipo equipado para disipar el tabú
El Inter es el último en reunirse, pero este año también tendrá la “obligación” de llegar primero. Con una carga de responsabilidad de la que Simone Inzaghi no puede, y ciertamente no quiere, escapar. Sí, porque si lo piensas bien, básicamente es el único, entre sus colegas de primer nivel, que todavía no tiene un Scudetto en su tablón de anuncios. Spalletti lo consiguió, y con la bandera italiana prácticamente en el pecho prefirió marcharse. Para dejar sitio a García, que de todos modos ganó un título en Francia con el Lille. Pero el Scudetto es sobre todo el hilo conductor que, como decíamos, une a todos los próximos competidores de Simone Inzaghi. Allegri ha ganado muchos, Mourinho lo ganó y en el famoso año del Triplete, Sarri lo conquistó -y fue el último éxito de la Juventus-, Stefano Pioli también lo puso en su currículum vitae. Queda Simone Inzaghi, a quien el club vuelve a entregar un equipo de primer nivel. Sí, porque incluso después de Conte, incluso con las salidas de Lukaku y Hakimi, el Inter ha formado, sin embargo, empezando por Dzeko y Dumfries, un equipo de absoluto respeto. El scudetto no ha llegado, con un Milan capaz de colocar el sprint decisivo a costa de sus primos, pero hay muchos que creen que los nerazzurri deben y pueden hacer mucho más. La historia se repitió también el pasado verano, porque tras el regreso de Lukaku, la llegada de jugadores muy importantes como Mkhitaryan, muchos pensaron que -sí, esta vez- sería el momento adecuado. En cambio, el Inter acumuló doce derrotas en la liga, ubicándose tercero incluso a dieciocho puntos del Napoli y nunca entrando realmente en la carrera. Demasiado poco para un equipo que, por el contrario, lo hizo muy bien en la Champions.