Investigación sobre los aficionados de San Siro: “el hombre del aparcamiento” también es un asesino


El panorama reconstruido por la investigación sobre la infiltración mafiosa entre los ultras de San Siro está empeorando. Además de los asuntos sucios, también está la reconstrucción de un asesinato ocurrido hace treinta y dos años, el de Fausto Borgioli, lugarteniente del histórico jefe criminal milanés Turatello.

Las investigaciones de la fiscalía de Milán ponen de relieve cómo los clanes ‘Ndrangheta, que habían penetrado en la afición del Inter, estaban interesados ​​en gestionar el aparcamiento en la zona del estadio, con el objetivo de ocupar el futuro terreno del Hipódromo con vistas a una promoción inmobiliaria con el nuevo estadio de Milán. . Y fue el propio miembro del clan, Giuseppe Caminiti, quien junto con el empresario Zaccagni gestionaba el aparcamiento, también recibió otra orden de custodia cautelar en prisión. Esta vez se trata del asesinato de Borgioli cometido en los años noventa, resuelto gracias a la investigación de la afición.

Se cree que Caminiti está cerca de los principales exponentes de la Staccu ‘ndrina de San Luca en la provincia de Reggio Calabria y está implicado en negocios ilícitos relacionados con la gestión de los aparcamientos de Meazza, garantizando “protección” a la familia Zaccagni, también gracias a la papel de vínculo con la “directiva” de la Inter Curva. Las investigaciones del Gico y del Scio del Gdf permitieron comprobar la implicación material de Caminiti en el asesinato de Turatello, asesinado el 19 de octubre de 1992 de cinco disparos cerca del oratorio Don Orione, en el barrio de Lorenteggio. Las investigaciones posteriores a estos hechos ya habían permitido identificar a Caminiti como uno de los tres posibles sujetos calabreses próximos a los círculos criminales e investigados por tráfico de drogas, responsables del asesinato, pero los elementos no habían sido suficientes para sustentar la acusación. corte .

Mientras tanto, la atención de la fiscalía de Milán sigue centrada en hasta qué punto el Inter cedió a la presión de Marco Ferdico, el líder ultras que acabó en prisión. De hecho, los dirigentes del club deportivo no pudieron bloquear la venta de entradas a los ultras, financiando así a los clanes.

El Inter, afirman los investigadores, “cuando trata” con Ferdico, “y en particular cede a la presión” de este último, que quiere “obtener” más entradas, “le financia efectivamente” a él y a los demás ultras. Así lo escribe la Fiscalía de Milán en la solicitud de prisión preventiva relativa a las 19 detenciones, en la que también indica todos los puntos que llevaron a la apertura de un procedimiento de prevención para el club, así como para el Milán. «El problema para el FC Internazionale – leemos – parece surgir sobre todo desde el punto de vista organizativo: se trata en realidad de eliminar aquellas situaciones tóxicas que han creado el humus favorable para que un entorno empresarial deportivo se transforme, en última instancia, en una ocasión de ilícito, ya que ciertamente no se puede pensar que el cuadro esbozado pueda explicarse refiriéndose exclusivamente a la personalidad perversa de personas individuales”.



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