¡Inter, qué pena! Juega a la par del City, pero la Champions es de Guardiola

Los nerazzurri se rindieron ante un gol de Rodri. Dimarco golpea la madera, mientras que Lukaku desperdicia a quemarropa. Tercera Champions League de Pep

De nuestro corresponsal Andrea Ramazzotti

Sin hazaña, sin noche para recordar. El Manchester City gana la primera Champions de su historia con un gol de Rodri en la mitad del segundo tiempo, mientras que el Inter recrimina una oportunidad desperdiciada de Lautaro para poner el 0-0, un travesaño rematado por Dimarco y, a los pocos segundos de al final, por un cabezazo de Lukaku, que pudo alargar el partido a la prórroga. La formación de Inzaghi, en su primera eliminatoria después de 7 finales seguidas, todavía sale de Estambul con la frente en alto: contra quizás la formación más fuerte del mundo, el plan de partido es perfecto y enjaula al oponente durante mucho tiempo, hasta a la pata del centrocampista español. No marcó el temido Haaland, bien controlado por Acerbi, pero al final fue Guardiola quien sonrió y perfeccionó el triplete que ya había conseguido con el Barcelona. Ahora el United ya no es el único equipo de Manchester que se lo ha ganado. Sin embargo, sigue siendo una temporada importante para el Inter, con dos trofeos ganados, pero llega la segunda final europea que pierden de la era Zhang tras la de la 2019-20 en la Europa League. Y en Ataturk la decepción para un público nerazzurro es grande, pero mientras los jugadores lloran, la Curva Nord les aplaude y les canta.

Ajedrez

Guardiola coloca a Aké en lugar de un Walker no al 100%, pero la verdadera sorpresa es la renuncia al 3-2-4-1 que, en la fase de no posesión, se convierte en 4-2-3-1 con Stone a la derecha. atrás (para parar a Dimarco) y Gundogan en el medio junto a Rodri. Entre los ciudadanos en el campo desde el 1′ hay 6 titulares en la final perdida en 2021 ante el Chelsea (Ederson, Stones, Dias, Gundogan, Silva y De Bruyne): las ganas de revancha son grandes. Inzaghi va con el once de Copa y Dzeko junto a Lautaro: la única variante es Brozovic para que Mkhitaryan no esté arriba. Como era de esperar, la presión del City fue feroz desde el saque inicial, pero el Inter respondió manteniéndose más alto que de costumbre: no esperaron a sus oponentes en su propio campo, sino que trataron de evitar que se acumularan. El primer peligro lo construyó el City con una acción personal de Bernardo Silva por derecha que remató a Dimarco y remató por poco desviado. Darmian sigue a De Bruyne y sale mucho para no darle metros: Inzaghi sabe que la orquesta de Guardiola no debe subir el volumen si quiere evitar problemas y, si el Inter retira los laterales cuando hay defensa, al mismo tiempo nunca se rebaja demasiado, ni siquiera cuando los ingleses suman de tres y vuelven a la forma clásica, con Stone centrando para jugar de medio. Pasado el ecuador del primero, los ciudadanos preocupan a Onana por partida doble: primero con Haaland, bien servido por De Bruyne y luego con el propio belga, pero ahí está el portero nerazzurri. Al Inter le cuesta crear peligro porque tiene miedo de revelarse y porque Calhanoglu siente la presión de jugar frente a su gente, pero por otro lado los hombres de Inzaghi mantienen bien el campo, conceden poco a los extremos contrarios y cuando las señales el salida por la lesión de De Bruyne en el muslo derecho, en la Curva Nord muchos respiran aliviados. Foden entra en su lugar y hace aún más ofensiva la interpretación del módulo, pero City solo concluye una vez más antes del descanso (fuera del espejo) con Akanji. El 0-0 de mitad de partido hace entender al Inter que no juega contra marcianos, sino contra un rival que juega con la cabeza menos libre que en otras ocasiones. Está bien, Lautaro y Dzeko crean poco, pero el Inter está ahí y peleando.

Rodri decide

La recuperación comienza con las mismas formaciones y con el mismo ritmo no muy elevado. Es una ventaja para los nerazzurri porque la calidad del City sin grandes espacios está más «enjaulada». Guardiola arenga al público porque entiende que hace falta un empujón extra, pero cuando Barella convoca a la afición del Inter, el rugido es impresionante. Dzeko sale antes del cuarto de hora e Inzaghi juega la carta de Lukaku, abrazado por el entrenador antes de entrar e inmediatamente sobre el césped con cara de mezquino. El sensacional balón de gol, tras un despiste defensivo de los ingleses, pega inmediatamente en los pies de Lautaro que, desde una posición descentrada, en lugar de servir a Big Rom por el centro, intenta la conclusión, desquitado por Ederson. Guardiola de rodillas mira al cielo y casi agradece. Fue una oportunidad que despertó al City, más presente en campo contrario y que se adelantó en el 23’: recorte de Bernardo Silva, centro atrás del portugués para Rodri que hizo el 1-0. El Inter se estremece, pero reacciona con enojo y en un balón colocado en el medio por Dumfries, Dimarco golpea el larguero con la cabeza, antes de que Lukaku rechace involuntariamente el toque. En el último cuarto de hora Inzaghi busca más empuje en los extremos e inserta Bellanova por Bastoni (Dimarco scala en defensa) y Gosens por Dumfries, pero el City ya ha reunido coraje y necesita una parada de Onana para detener a Foden y mantener el final vivo. El último asalto es con Mkhitaryian y D’Ambrisio sobre el césped, pero por el lado de Gosens, desde corta distancia, Lukaku devora el 1-1. El Inter vuelve a intentarlo, pero no logra abrirse paso porque Ederson demuestra ser un gran portero. Los hombres de Inzaghi salen con la frente en alto, pero City celebra.



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