Inter no fue a Ferraris: 0-0 con Sampdoria y -15 de Napoli

Los nerazzurri no pasan del empate en casa de los blucerchiati, -9 desde la zona de seguridad. En la final Audero salva a Stankovic desviando una zurda de Acerbi en el larguero

De nuestro corresponsal Andrea Ramazzotti

No me estiro. El Inter sigue segundo, pero desperdicia la oportunidad de sumar +5 a sus competidores directos en la pelea de Champions y, además de ceder ante el inalcanzable Nápoles (+15), se ve acercándose desde Milán y Atalanta. El empate ante la Sampdoria huele a oportunidad desaprovechada para Inzaghi que tiene el síndrome de la mediana-pequeña empresa dado que en este inicio de 2023 se ha dejado 7 puntos en la calle ante Monza, Empoli y Sampdoria. Y no consuela que tras 14 partidos ligueros a domicilio con al menos un gol encajado, la defensa mantenga su racha de imbatibilidad: el 0-0 de Ferraris es un mal paso atrás tras el derbi ganado hace 8 días. Otra historia para la alineación de la Sampdoria que se queda a 8 de la salvación, pero que logra el segundo resultado útil tras el empate 2-2 en Monza. El gol sigue siendo un espejismo (solo en 2 de las últimas 11 jornadas el ataque ha cumplido su… deber), pero al menos el grupo transmite la sensación de estar vivo y con ganas de luchar por no descender.

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Stankovic elige a Murillo en lugar de Colley, cedido al Besiktas, para completar la defensa de tres y sitúa a Djuricic como centrocampista y no como centrocampista ofensivo. Con el 3-5-2, preferido al 3-4-1-2, el objetivo es limitar el daño en la mitad del campo, donde los nerazzurri son superiores en número. En particular, el ex Sassuolo toca el arrembante Barella, un movimiento de derecha que valdrá la pena. Desde el 1′ Inzaghi apuesta por la dupla Lukaku-Lautaro, ambos titulares juntos en la Serie A desde el 26 de agosto, y por Gosens, que no fue titular ni desde la primera jornada, en Lecce. Único banquillo para Brozovic. La presencia en el centro del ataque de Gran Roma se oye y se ve: el plan táctico es apoyarse en el belga que hace de banco o se monta solo para la conclusión. La Doria no puede contener al ex del Chelsea que primero fuerza un desvío al córner de Augello y luego orquesta para sus compañeros, pero la pata derecha no llega ni de Lautaro ni de Darmian. Inter juega el partido y termina 9 veces hacia el arco en la primera mitad. Sin embargo, la Samp no pinta mal y, aunque sufre los toques aterciopelados de Martínez y el físico de Lukaku, no juega el papel de sparring. Onana debe tener cuidado con el tiro lejano de Cuisance y el desvío cercano de Gabbiadini, dos iniciativas útiles para los ligures para aliviar la presión de un oponente que domina en términos de posesión, pero usa pocos cambios de juego y no tiene empuje por izquierda de Gosens. A medida que pasan los minutos, las acciones de los invitados se vuelven predecibles porque pierden velocidad, por lo que es más fácil que los blucerchiati no dejen espacios. Como le sucedía a menudo al comienzo de la temporada, Barella está demasiado nervioso: el resultado es una fea pelea con Lukaku, quien lo silencia. Inzaghi, que vuelve al vestuario con el 0-0 pese a los 13 tiros intentados por su equipo, necesita más hechos y menos palabras. También porque Audero no hace milagros ni atajadas reseñables y lo mismo en el intervalo tiene razón.

Inter sin objetivo

El Inter resurge de la barriga de Ferraris con Dimarco en lugar del lesionado Gosens, mientras la curva de la Sampdoria se desquita con Ferrero. Los nerazzurri vuelven a presionar como al principio del partido y, sobre todo, ahora también empujan hacia la izquierda gracias a la nueva entrada, capaz de hacer dueto con Mkhitaryan y Acerbi. La Doria responde con un reinicio que lleva a Gabbiadini a disparar sin la precisión adecuada. Dimarco envía un escalofrío por la columna de Stankovic con su pie derecho desde afuera. Los nerazzurri atacaron con varios hombres, por lo que todos los locales se replegaron detrás de la línea de balón e intentaron picar en el contraataque. Con Sabiri para Cuisance el técnico serbio da un sobresalto y sus salidas desde un córner rozan la ventaja de nuevo con Gabbiadini. El partido está vivo y el Inter no puede llevarlo a su lado porque comete demasiados errores en el tiro o en el último pase o porque se enfrenta a un rival en buena forma física. Inzaghi busca un gran avance con un triple cambio (Dumfries, Brozovic y Dzeko por Darmian, Barella y Lukaku), pero el frenesí es mayor que la lucidez. Stankovic entiende el momento y retira el centro de gravedad con Rincon y Murru para Djuricic y Gabbiadini: prepara un remate en las trincheras, pero la maniobra del Inter no despega y las oportunidades que llegan son fruto principalmente del brío de Calhanoglu , que vuelve como centrocampista con Brozovic de nuevo director. Inzaghi cierra con el Carboni de 2005 en el campo y Acerbi desde fuera se acerca al golpe encontrando a Audero atento al desvío en el larguero. Al final de la recuperación es Lautaro, que había marcado sus últimos 5 goles en la Serie A, quien desperdicia. Después de tres éxitos seguidos, incluida la Coppa Italia, el Inter se está conteniendo. Y el empate sabe más a derrota que a punto ganado.



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