Inter, las tres caras (escaneadas por el Milan) de Calha. Ahora Inzaghi busca la mejor versión…

El ex rossoneri pasó por fases contrapuestas, con el derbi como un parteaguas constante. En noviembre y diciembre, el pico de rendimiento, luego un descenso notable. Pero el técnico también pretende animarle a través de nuevas soluciones tácticas

¿Cuál es el verdadero Calhanoglu? La duda vuelve a surgir en los nerazzurri, pues los cambios de rendimiento del turco son evidentes, y se reflejan en los datos y números recogidos desde el inicio de la temporada. Primero desconcertado e indolente, luego reactivo y tremendamente eficaz (tanto en ejecución como en participación en la maniobra), luego agotado nuevamente. Estas son las tres fases por las que ha atravesado el centrocampista nerazzurro hasta el momento, con inevitables repercusiones también en el desempeño general de las filas de Inzaghi. Entre finales de otoño y principios de invierno, como era de esperar el mejor momento para un Calhanoglu elegido «jugador del mes» dos veces seguidas por los fanáticos, el Inter voló entre goles y victorias para tomar la cima de la tabla. Luego, tras el nocaut de la remontada en el derbi de vuelta, el ostensible descenso del turco y (para ser sincero) de todo el centro del campo coincidió con la pérdida del liderato en la clasificación y el doble adelantamiento de Milán y Nápoles. Ahora Inzaghi está estudiando los movimientos para impactar su número 20 y una mediana empañada.

COMIENZO LENTO

La primera pieza de la temporada de la turca se ha adelantado en cierto sentido a la tendencia. De hecho, el ex rossoneri había estado entre los más brillantes de las salidas de verano, demostrando un fuerte sentimiento con sus nuevos compañeros y los mecanismos de Inzaghi entre goles, asistencias y actuaciones convincentes. Pero una vez que empezaron de verdad, salvo el sonoro debut aderezado con un gol y una asistencia en el Génova, los turcos enviaron señales contradictorias: mal ante Verona y Sampdoria, en el banquillo ante Bologna y Empoli, sustituidos a menos de una hora de juego ante Atalanta y Sassuolo, por no hablar de la mala aportación en Champions con apenas dos partidos (ante Real Madrid y Shakhtar) para un total de 100 minutos sobre el césped en las cuatro primeras jornadas. En las once primeras jornadas de campeonato su aportación se limitó a un gol y dos asistencias, con 25 ocasiones creadas y 13 remates en total, pero sobre todo las actuaciones carentes de intensidad y con tendencia a desaparecer con el paso de los minutos. Incluso con la coartada de la posición diferente en comparación con los tiempos de Milán.

LA EXPLOSIÓN

El primer cara a cara contra su ex equipo, el 7 de noviembre, sin embargo, marca el punto de inflexión: Calhanoglu toma el protagonismo en el derbi de ida al firmar la ventaja momentánea en un tiro penal y desatar una prueba mayúscula pese al empate final decidido por el gol en propia puerta de De Vrij. Desafía a sus antiguos seguidores, se quita algunas piedrecitas de los zapatos y rompe el corazón de los nerazzurri. Es la plataforma de lanzamiento que inaugura dos meses de bofetadas, durante los cuales Calhanoglu acumulará goles (5), asistencias (5) y una serie de votos entre 7 y 8 que hacen que su valoración media salte por encima del 6,5. En el mismo periodo, el jugador turco también eleva considerablemente la media de minutos sobre el terreno de juego, pasando de 60′ en las once primeras jornadas a más de 76′ en las doce siguientes (sin contar el partido contra la Lazio que se suspendió por suspensión). En la época dorada del 7 de noviembre al 5 de febrero, fecha del derbi de la vuelta, Calha también aumenta las ocasiones creadas (de 25 a 46) y los tiros totales (de 13 a 33), pero sobre todo exhibe una perfecta sintonía con Brozovic y Barella. El número 10 de Inzaghi se convierte finalmente en el actor principal, combinando sustancia y calidad. Los premios de la afición de noviembre y diciembre parecen ser la investidura definitiva para el turco, finalmente continua y en el centro del engranaje nerazzurri.

FRENO DE CEPILLO

La abrasadora derrota en el derbi de vuelta ha rebobinado la cinta en los primeros meses de la temporada. El apagón nerazzurri en los últimos veinte minutos de partido, los que dieron la vuelta a los rossoneri, acabó por sacudir a toda la tropa mientras Calhanoglu volvía a vestir la ropa menos chillona de las primeras jornadas de campeonato. Las posteriores pruebas decepcionantes ante Napoli, Sassuolo y Genoa (intercaladas con una buena actuación ante Liverpool, aderezada también por un sensacional larguero), con un total de apenas una asistencia en las últimas seis salidas, denotan la involución y el declive de rendimiento de el turco, que ahora Inzaghi pretende regenerar. Puede ser que la flexión turca simplemente refleje un período de bajo brillo atlético. Pero el empañamiento general de las últimas semanas también sugiere la necesidad de encontrar nuevas soluciones tácticas ante las contramedidas tomadas mientras tanto por los rivales. La idea de adelantar el rango de acción de Calha para dibujar un 3-4-1-2, solución en la que Inzaghi ha estado trabajando en los últimos días, también debe leerse en este sentido. La misión, en esencia, es liberar el juego de Calha para que el Inter vuelva a volar al ritmo de principios de invierno.



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