Inter, la magia de Lautaro no alcanza. Gana en Anfield pero el Liverpool pasa

Prueba de orgullo de los nerazzurri, que agradecen tres veces la madera y sueñan con un golazo de Toro. Poco después, sin embargo, Sánchez deja a su equipo en 10

Aplausos y rabia. El Inter gana en Anfield con un supergol de Lautaro (seco en Champions hace 490 días) pero el Liverpool pasa a cuartos gracias al 2-0 de ida. Tras la magia del Toro habría media hora abundante para soñar, pero Sánchez dejó inmediatamente a su equipo en el diez merecedor de la segunda amarilla cuando Dzeko ya estaba listo para ocupar su lugar. Los reds, grandes maestros del campo, han pegado a tres postes. Lesiones de De Vrij y Brozovic, a evaluar de cara al partido de la noche del domingo en Turín.

Primera mitad

Klopp no ​​renuncia a Manè en el tridente con Jota y Salah, Inzaghi en cambio mantiene a Dzeko en el banquillo y se centra en Sánchez para apoyar a Lautaro. Como era de esperar, Vidal sigue ahí para el sancionado Barella. Los nerazzurri empiezan bien, presionando alto e impidiendo que los rojos construyan. Como en la ida, sin embargo, los invitados no consiguen hacerse realmente peligrosos en los últimos veinte metros, a pesar de los exteriores elevados y las inserciones de un generoso Vidal. La otra analogía con respecto al partido de Milán son los tiros fijos. Espero que en el doble choque haya sido un punto fuerte de los campeones italianos, pero que en cambio derivó en los dos goles ingleses. Después de un cuarto de juego serio, Liverpool acelera el motor y se vuelve peligroso en dos esquinas consecutivas.

En el primero Matip se queda solo, gracias a un resbalón de Bastones, y con la cabeza pega en el larguero. En el segundo, también controlado remotamente por Alexander-Arnold, golpea gravemente a Van Dijk y Skriniar de alguna manera se salva. Tras el larguero el 16 de febrero, Calhanoglu intenta con una falta envenenada que obliga a Alisson a realizar una intervención difícil, gracias al rebote del balón. En el último tiempo, Sánchez arriesga roja sobre su excompañero (en Barcelona) Thiago. Vidal lo imita un minuto después para una intervención sobre Jones. Tras un comienzo prometedor, los dos chilenos muestran los límites habituales de dinamismo e inteligencia táctica. Bien por ellos que la falta de Alexander-Arnold desde 30 metros sale por los pelos.

segunda mitad

Retoma sin De Vrij, fatigado en el gemelo izquierdo, con D’Ambrosio que hace subir a Skriniar al centro. Sánchez insta inmediatamente a Alisson con la cabeza, pero en un lanzamiento de falta de Calha le marcan fuera de juego. El Liverpool, aunque parece que juega con una marcha menos, de hecho también se le da muy bien subir la línea, liderado por el que se confirma como el mejor defensa del mundo: Van Dijk. Cuando los Reds toman el ritmo, el Inter se desvía. A los 7′ Thiago roza a Jota, anticipada salida desesperada de Handanovic, el balón acaba en Salah que pega increíblemente al poste con su zurda querida. Ahora están jugando en solo la mitad del campo, pero el Inter que se reinicia tendría tres oportunidades en pocos minutos para alimentar el milagro. Primero Perisic en el minuto 13 despeja por izquierda y dispara a Calha, cuyo zurdazo es replicado por Matip.

Luego Lautaro pierde el momento desde la frontal y D’Ambrosio remata al tiro de esquina. Al 16′, sin embargo, Toro inventa un fantástico trazador de nuca externo que enloquece al segmento de hinchas del Inter y congela al Cop. Lástima que en un abrir y cerrar de ojos Sánchez se lleva la segunda tarjeta amarilla por una entrada fuera de tiempo sobre Fabinho. Inzaghi -el maestro de los cambios preventivos para evitar las expulsiones- está desesperado al margen. También porque Dzeko ya estaba listo para Alexis. 20′ del final Brozovic se desploma, intenta apretar los dientes pero tiene que rendirse. Gagliardini luego se une a Correa y Darmian entre las entradas para intentar el asalto final. También salen Lautaro y Dumfries, pero sobre todo no entra un derechazo de Salah que pega en el tercer poste inglés. El final es un cuerpo a cuerpo que exalta a Skriniar y un Vidal conmovedor.



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