Primer doblete en la Serie A para el centrocampista nerazzurri, que confirmó su tendencia a ser decisivo en Empoli
Davide Frattesi es una serpiente de cascabel. Modula el sonido para engañarnos, se queda quieto en medio del campo deambulando sin rumbo, juega el primer tiempo sin moverse de su césped y al final muerde el cuello. De repente, con dos destellos: un zurdazo directo al córner y un derechazo muy preciso. Aquí ella es la centrocampista ofensiva que no participa en la construcción, no toca el balón como Barella y no tiene sus movimientos, pero marca goles. Cuantos goles.
gratitud
—
Frattesi eliminó al Empoli con su primer doblete en la Serie A y luego no celebró. Cuestión de agradecimiento. “Me lo pasé bien aquí, me parecía bien no celebrarlo”. Davide jugó aquí durante la temporada 2019-20, la Covid, marcando cinco goles en 37 partidos. Una vez dijo que Castellani “fue una etapa fundamental en su carrera”. Uno de esos lugares que te hacen decir “gracias” cuando miras atrás. Por eso no se alegró. Por eso, al final del partido, sin pantalón corto y solo con la chaqueta puesta, también recibió el aplauso de la afición toscana, de los primeros en verlo ingresar al área. Al finalizar se despidió de todos. Se quedó con la camiseta como recuerdo y entró al túnel de vestuarios con una sonrisa de satisfacción. La de los que nos han quitado satisfacciones y piedritas. “¿Soy un problema? Nunca lo he sido y nunca lo seré. Soy un chico inteligente, sé que somos seis en el mediocampo, así que sé cómo funciona”.
súper promedio
—
Los números están de su lado. El año pasado sólo fue titular en seis partidos de Liga. Esta vez ya suma cuatro en diez apariciones (con tres goles). Contra Empoli, Turín y Monza jugó 90 minutos. Con la selección marcó tres goles en cuatro partidos. “Cada partido parece ser decisivo para demostrar si soy bueno o no…”. Al Castellani lo hizo. En la primera parte tocó sólo 14 balones. No entró en la trama del juego y no tuvo impacto. En la segunda mitad, sin embargo, tomó protagonismo con dos ganchos, eliminando a su antiguo club. Las serpientes de cascabel son así. No los ves ni los escuchas, permanecen escondidos detrás de una roca y luego atacan. Lo que hace Davide, el chico de Fidene que ha aprendido a esperar.
© TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS