Inter de reservas cae pero no pinta mal: Bayern gana 2-0. Y ahora dirígete a la Juve

Inzaghi recrimina por un penalti no concedido en el 0-0. Pese a una gran rotación, su equipo no luce mal ante los campeones alemanes

Con la clasificación en un bolsillo y la cabeza al Superclásico con la Juve, el Inter le quitó dos al Bayern, exactamente como en el primer partido de este grupo. Pero entre un desafío contra los bávaros y el siguiente hay un mundo: en el medio un ascenso sorpresivo que garantizó a los nerazzurri la segunda vuelta, al principio casi impensable. Esta vez nadie fue testigo de la misma masacre en septiembre: en parte porque nada estaba realmente en juego y en parte porque el equipo de Inzaghi tiene una conciencia muy diferente a la de septiembre. Ahora, sin embargo, todos esperan que las urnas de la segunda vuelta sean más indulgentes que las de hace un año para poder intentar recoger los frutos de lo sembrado en este grupo.

PRIMERA MITAD

En el Allianz, Simone Inzaghi, sin embargo, ha dado muestras de confianza a los muchos que han luchado hasta ahora: el alemán Gosens, que jugaría en casa aquí en Alemania pero que por la izquierda fue superado por Dimarco; Asllani, que seguía en la noche loca del Camp Nou y que falló el 3-4 que le hubiera permitido al Inter soñar con el primer puesto esta noche; Bellanova, hasta ahora un objeto misterioso en el ala derecha; sin olvidar la siempre verde Gagliardini pescada en la noche de gala. Con un Dzeko que no está en su mejor momento, entonces luz verde de inicio a la pareja argentina Lautaro-Correa, mientras que en defensa el zagata más interesante es Darmian como diestro goleador, junto a De Vrij y Acerbi. Nagelsmann también se esfuerza en las rotaciones, en parte por las ausencias y en parte porque dominó al grupo sin luchar demasiado: sin embargo, hay un trío de fantasía Coman-Gravenberch-Mané detrás de Choupo-Moting del más alto nivel. Sin embargo, a pesar de todo, especialmente al comienzo del cruce en Baviera, el Inter juega con el grado justo de descaro, de hecho, se acerca un par de veces a una ventaja que también debería merecer. Lautaro, con el brazalete de capitán en el brazo, devora la red desde dos metros resbalando demasiado pronto en un centro raso de Gosens, mientras que Barella confirma que su pie está muy caliente en este tiempo: primero ataca de lejos al portero Ulreich y luego, en Al siguiente córner, lo vuelve a intentar sobre la marcha encontrando una mano clara de Mané en el área: pese a una larga revisión del Var, curiosamente no hay penalti.

LA META

Y es a partir de ese momento que el Bayern, aunque pariente lejano del tanque visto en San Siro, se subió al regate y jugó con más firmeza al borde del área nerazzurra, aprovechando las dificultades en los flancos de Gosens y Bellanova. No hay ocasiones especiales ante un Onana muy atento, pero el 1-0 del gol bávaro llega inexorable. Viene solo de un error de marca en un tiro de esquina: extrañamente Lautaro se enfrenta al peso muerto de Pavard, no realmente Skriniar cuando se trata de defensa. El argentino comete el segundo error grave del partido y, sobre la cabeza del francés, nada puede hacer el portero camerunés.

EL DISPARO

En la segunda mitad el Inter no supo subir la presión como al amanecer del partido, pero también habría empatado con un cabezazo de Acerbi en un lanzamiento de falta de Asllani: no es la tarde porque el defensa está fuera de juego. Para intentar subir a duras penas la corriente, pero también para dejar que algunos de sus jugadores recuperen el aliento en perspectiva juve, Inzaghi aventura un triple cambio al cuarto de hora de la reanudación: fuera Lautaro (fuera, además de advertido) , Gagliardini y Barella, dentro de Mkhitaryan, Dzeko y Calhanoglu. Es un trío que conoce el fútbol alemán de haber surcado los mares de la Bundesliga, pero el tiro de calidad no llega, por más que el bosnio inquiete aquí y allá a los alemanes. Efectivamente, el Bayern muchas veces está a punto de sumar una pieza al marcador y, al final, el 2-0 lo encuentra con una derecha inexpugnable de Choupo-Moting. A estas alturas, no es solo la entrada de otros terribles jóvenes de la familia bávara, como Musiala de 19 años y los dos Tel y Wanner de 17, lo que le da sabor al partido, sino también la elección de Inzaghi para debutar con su mejor talento en la Champions League, Valentin Carboni, también nacido en 2005. De cara al futuro, el Inter sabe que tiene un pequeño tesoro en Appiano, pero mejor no mirar demasiado lejos: primero está la Juve y un octavo para jugar tanto como sea posible.



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