Japón se está acercando «directamente» a los rebeldes hutíes que secuestraron el domingo un carguero vinculado a Israel, dijo hoy la ministra japonesa de Asuntos Exteriores, Yoko Kamikawa. El país también está en contacto con Israel. «Además, instamos a Arabia Saudita, Omán, Irán y otros países preocupados a exigir que los hutíes liberen rápidamente el barco y su tripulación».
Ayer se anunció que los rebeldes hutíes habían secuestrado un carguero en el Mar Rojo. El barco es propiedad de una empresa británica propiedad del empresario israelí Abraham Ungar y está fletado por un grupo naviero japonés. Se dijo que el barco, que se dirigía a la India, llevaba a bordo 25 miembros de la tripulación, entre ellos búlgaros, filipinos, ucranianos y mexicanos. Según las autoridades israelíes, entre ellos no hay ningún israelí. Tampoco habría japoneses a bordo. Se desconoce qué pasó con los que estaban a bordo.
Los hutíes, un movimiento fundamentalista que controla parte del Yemen devastado por la guerra, dicen que secuestraron el barco en represalia por el bombardeo israelí de la Franja de Gaza. El grupo también se hizo oír al principio de la guerra: el mes pasado dispararon sin éxito al menos seis misiles de largo alcance hacia la localidad costera israelí de Eilat. También amenazaron con ataques en el Mar Rojo.
El portavoz de Netanyahu calificó ayer el secuestro como un «acto de terror iraní» porque los hutíes cuentan con el apoyo militar y financiero del gobierno iraní. Mientras tanto, Irán niega estar involucrado en el secuestro del carguero. «Hemos dicho varias veces que los grupos de resistencia en la región actúan de forma independiente y espontánea basándose en sus intereses y los de su pueblo», dijo Nasser Kanaani, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Irán.
Sebas van Aert
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