Desbloquea el Editor’s Digest gratis
Roula Khalaf, editora del FT, selecciona sus historias favoritas en este boletín semanal.
Intel ha recibido un salvavidas en su lucha para evitar una multa de mil millones de euros por parte de la Comisión Europea después de que un asesor del máximo tribunal europeo encontrara fallas en el caso presentado por los reguladores antimonopolio.
Laila Medina, abogada general del Tribunal Europeo de Justicia, dijo el miércoles que la comisión había calculado mal el daño a los competidores derivado de la práctica del fabricante de chips estadounidense de ofrecer descuentos a los clientes.
Sus conclusiones se producen tras una apelación de la comisión, el órgano ejecutivo de la UE, sobre una decisión de 2022 del Tribunal de Justicia Europeo de anular una multa de 1.060 millones de euros a Intel como parte de un caso de larga duración contra la empresa de Silicon Valley.
Medina dijo que el problema radica en la llamada prueba de “competidor tan eficiente” de la comisión, cuyo objetivo es establecer si la empresa estaba ofreciendo precios injustos en comparación con rivales con costos comparables.
Miranda Cole, socia del bufete de abogados Norton Rose Fulbright en Bruselas, dijo que la opinión podría tener implicaciones para la aplicación de la prueba AEC, ampliamente utilizada en el futuro.
“Este caso está siendo seguido de cerca, dado su impacto potencialmente amplio en las prácticas de fijación de precios: reembolsos y más”, dijo Cole.
“Si bien la opinión del fiscal Medina de hoy no es el final de este asunto, se sumará al debate en curso sobre la prueba apropiada para identificar reembolsos abusivos y la discreción de la comisión para no aplicar la prueba AEC”, agregó.
Intel dijo que estaba “satisfecha” con la opinión.
El TJUE suele seguir las recomendaciones del abogado general, que no son vinculantes pero que a menudo acaban influyendo en una sentencia final.
La multa original de la UE se remonta a 2009, después de que la Comisión concluyera que Intel había abusado de su posición dominante al otorgar reembolsos ocultos a los fabricantes de computadoras con la condición de que le compraran todos, o casi todos, sus chips.
Intel también había pagado a los fabricantes para que detuvieran o retrasaran el lanzamiento de productos con chips de la competencia y limitó sus rutas de comercialización, una práctica conocida como “restricciones desnudas”.
La sentencia judicial de 2022 confirmó esta parte del caso de la comisión y en septiembre Bruselas volvió a imponer una multa de 376 millones de euros sobre la práctica.
Sin embargo, Intel está invirtiendo fuertemente en la UE. Ha prometido 30.000 millones de euros para impulsar la fabricación de chips allí. Además de una fábrica gigante en Alemania, que atrae alrededor de 10 mil millones de euros en subsidios, hay instalaciones de fabricación y de investigación en Francia, Irlanda, Italia, Polonia, Bélgica y España.
El plan de inversión de una década de duración podría llegar a costar 80.000 millones de euros, sujeto a la demanda y la disponibilidad de futuros subsidios.
La comisión se negó a comentar sobre un caso en curso. Intel aún tiene que responder a una solicitud para hacer comentarios.