La agencia de aviación estadounidense NASA lanzará el martes un nuevo satélite climático con un toque holandés. Investigadores del instituto espacial holandés SRON han desarrollado un instrumento de medición que debería ayudar a resolver uno de los mayores enigmas climáticos. «Es casi una obra de arte».
La hazaña científica, denominada SPEXone, se presentó el viernes en la base del centro espacial en Leiden. SPEXone tiene el tamaño de una caja de zapatos grande y medirá los llamados aerosoles en la atmósfera terrestre.
Se trata de partículas diminutas que son el resultado de la contaminación del aire provocada por aviones, fábricas e incendios forestales, entre otras cosas. Las partículas pueden tener un efecto refrescante, contrarrestando el calentamiento global causado por las emisiones de gases de efecto invernadero.
Algunos científicos creen que el calentamiento global se acelerará significativamente en los próximos años porque hemos reducido significativamente la contaminación del aire en China y en las rutas marítimas. El efecto refrescante de los aerosoles sería entonces menor y el cambio climático «real» sería más notorio.
Aún hay mucha incertidumbre
Pero todavía se desconoce mucho sobre la cantidad de aerosoles en la atmósfera y su composición precisa. Las estimaciones sobre su efecto sobre las temperaturas globales todavía varían mucho, desde prácticamente nada hasta 1 grado Celsius.
Según el panel climático IPCC de la ONU, los efectos de los aerosoles y las nubes son las dos mayores incertidumbres en las estimaciones de los aumentos de temperatura que podemos esperar de nuestras emisiones de gases de efecto invernadero.
SPEXone proporcionará más información sobre los diferentes tipos de aerosoles en el aire y sus efectos, afirma Otto Hasekamp, investigador principal detrás del instrumento. «Éstas son exactamente las piezas del rompecabezas que nos faltan para trazar mejor ese efecto refrescante».
Pasará al menos un año antes de que el satélite recopile suficiente información útil. Luego, esto se combina con otras mediciones y modelos climáticos para evaluar el efecto de enfriamiento exacto de las partículas. «Mi esperanza es que con toda esta información podamos reducir la incertidumbre a un factor de dos», dice Hasekamp.
‘Casi una obra de arte’
Se trabaja en este instrumento de medición desde hace años, principalmente durante la pandemia del coronavirus. Fue entregado a la NASA a principios de 2021, tras lo cual comenzó la larga espera para el lanzamiento. «Es casi una obra de arte. Estoy muy orgulloso de ello», afirma Aaldert van Amerongen de SRON.
Los pequeños módulos de SPEXone se conectan con precisión entre sí y funcionan juntos de manera óptima, lo que hace que las mediciones sean diez veces más precisas que las de satélites anteriores. «Esto nos permitirá realmente dar un gran paso en la investigación climática», afirma Van Amerongen.
«Este es un salto cuántico en nuestra capacidad para estudiar nuestro planeta», dijo Jeremy Werdell de la NASA. Según él, sería casi una vergüenza enviar este ingenioso satélite al espacio. «Fue agridulce verla por última vez hace unos días. Pero nos despedimos y le deseamos lo mejor».
El satélite también estudiará los océanos y las nubes.
SPEXone es uno de los tres instrumentos de medición que lleva el nuevo satélite de la NASA. Otros instrumentos tomarán medidas de las nubes y los océanos. En conjunto, los datos del satélite deberían proporcionar una mejor imagen de todo nuestro sistema climático.
Si las condiciones meteorológicas son buenas, el satélite se lanzará el martes por la mañana. Luego viaja en un cohete que la compañía espacial SpaceX envía al espacio desde Florida.