Él ya no puede hablar por sí mismo, pero nosotros podemos hacerlo por él.
Antes del momento del testimonio, Deborah estaba muy preocupada por eso, pero después hay principalmente alivio. Ha podido expresar sus sentimientos y ve su testimonio como lo último que podía hacer por su hijo fallecido: “Él ya no puede hablar por sí mismo, pero nosotros podemos hablar por él”. Pero para los padres, también es lo último que necesitaban para dejar atrás los años de pena y dolor. “Ahora me siento aliviada de haberlo hecho y poder terminar esto por mí misma”, dice Deborah. Y también tiene un mensaje para los terroristas: “Elijo no odiar”.