Hay muchos de ellos, los flamencos que perdieron el corazón en Ibiza, pero aún vuelan a casa todos los años con plomo en los zapatos, ropa sucia y músculos de las pantorrillas bien entrenados después de tanto bailar. No tiene que ser. Hablamos con cuatro flamencos que hicieron realidad su sueño: Ibiza 24/7, todo el año.
ttn-es-3