Desde entonces, los rusos abandonaron Bucha, un suburbio al noroeste de la capital, Kiev. Sin embargo, los muertos en la calle son un terrible recordatorio de las cinco semanas de presencia de las tropas rusas. Muchos han recibido disparos en la cabeza con las manos atadas a la espalda, escribe el reportero de la agencia de noticias Simon Gardner. Reuters†
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