LONDRES (dpa-AFX) – Según estimaciones, el número de personas que se convierten en víctimas de la esclavitud moderna ha aumentado significativamente en los últimos años. Eso surge del Índice Global de Esclavitud más reciente de la organización de derechos humanos Walk Free, que se publicó el miércoles en Londres. Según esto, 50 millones de personas están atrapadas en la esclavitud moderna en todo el mundo, diez millones más que hace cinco años.
Según el informe, las personas que se ven obligadas a abandonar sus hogares debido al cambio climático, los conflictos y los fenómenos meteorológicos intensos corren un riesgo particular de ser explotados. Una restricción mundial de los derechos de las mujeres, así como los efectos económicos y sociales de la pandemia de corona, también están agravando la situación.
Según el informe, la esclavitud moderna está más extendida en Corea del Norte, Eritrea, Mauritania, Arabia Saudita, Turquía, Tayikistán, Emiratos Árabes Unidos, Rusia, Afganistán y Kuwait.
Pero incluso en los países industrializados y emergentes más importantes del G20 hay muchas personas que están siendo explotadas. Según el informe, se supone que la cifra es de 11 millones solo en India; Hay 5 millones en China, 1,8 millones en Rusia, 1,3 millones en Turquía y 1,1 millones en Estados Unidos.
Los activistas de derechos humanos también critican la importación de bienes, que a menudo se producen bajo condiciones basadas en la coerción o la dependencia. Los llamados productos de riesgo se importan a los países del G20 cada año por un valor de 468 000 millones de dólares estadounidenses (equivalentes a unos 434 000 millones de euros). Estos incluyen productos electrónicos, ropa y aceite de palma, entre otros. Los activistas de derechos humanos creen que la mitad de todas las víctimas de la esclavitud moderna deben atribuirse indirectamente al G20 a través de sus cadenas de suministro.
“La esclavitud moderna impregna todos los aspectos de nuestra sociedad. Está entretejida en nuestra ropa, iluminando nuestros dispositivos electrónicos y dando sabor a nuestra comida”, dijo la directora fundadora de Walk Free, Grace Forrest, en un comunicado.
Además de la legislación para poner fin a la esclavitud moderna en las cadenas de suministro, los activistas de derechos humanos también piden a los gobiernos que integren mejor la lucha contra la esclavitud moderna en las áreas de ayuda humanitaria y construcción de una economía verde. Al trabajar con regímenes represivos, se debe tener cuidado para garantizar que el comercio, los negocios y la inversión no contribuyan o se beneficien del trabajo forzoso impuesto por el gobierno. Además, los niños, especialmente las niñas, deberían estar mejor protegidos haciendo posible la educación escolar y evitando los matrimonios forzados.
Según su sitio web, la organización Walk Free, con sede en Australia, se basa en la experiencia de estadísticos, criminólogos, abogados y expertos en ayuda al desarrollo para elaborar su informe./cmy/DP/zb