Hace dos años, se inauguró en Zellik el primer crematorio de caballos en Flandes. Mientras tanto, se han agregado dos más y los propietarios de caballos están felices de pagar hasta 2.000 euros para darle una despedida digna a su amado animal. Pueden llevarse las cenizas -dos baldes llenos- para esparcirlas, parte de ellas pueden guardarse en una urna o en un colgante. Se nos permitió seguir la cremación de Oscar, un semental de 30 años de Aalst, de principio a fin.
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