Inflación, mínimos y la escalera de Fornero: llega el cálido otoño de las pensiones


Inmediatamente después las altas facturas y el riesgo de racionamiento energético es uno de los temas que dominan la campaña electoral. Después de todo, las pensiones son notoriamente una especie de sitio de construcción permanente. Pero ahora también tiene que lidiar con una peligrosa intersección de plazos, incluida la cita del 25 de septiembre para elecciones anticipadas, fijadas solo seis días antes del 1 de octubre. Fecha en la que los pensionistas con cheques que no excedan de 2.692 euros brutos verán constancia en el recibo de la revalorización extraordinaria del 2%, prevista por el Decreto de Ayudas bis también para los dos meses siguientes e incluido el decimotercero. Se trata de un «minipago inicial» del ajuste, previsto para enero de 2023, de los tratamientos a la inflación de 2022, que continúa sin cesar y que corre el riesgo de socavar el ya sufrido equilibrio de la seguridad social.

Y nuevamente en enero, en ausencia de medidas de emergencia, se desencadenaría el regreso a la ley Fornero en su versión completa para los requisitos de jubilación debido a la conclusión a fines de diciembre de la experiencia anual de la Cuota 102. Las partes prometen diversas formas de flexibilidad a la salida, pero el tiempo se acaba y los recursos disponibles son escasos. Con el resultado de hacer algo más que un simple fantasma la llamada escalera entre los 64 años del umbral de edad mínima de la Cuota 102 y los 67 años del requisito para el tratamiento de vejez.

Mientras tanto, en noviembre, cuando se espera que entre en funcionamiento el nuevo gobierno, todos los jubilados se beneficiarán del ajuste de revaluación del 0,2% del año pasado, ya que la inflación de 2021 fue del 1,9% en lugar del 1,9%, el 1,7% liquidado provisionalmente por el INPS. Por lo tanto, todos los cheques serán un poco más pesados, incluidos los de más de 5 millones que están por debajo de los mil euros al mes. Un límite mínimo, este último, que, según muchas fuerzas políticas, debería garantizarse a todos los jubilados. Pero esta operación costaría, dependiendo de la gradualidad, de 10 a 30 mil millones.

El socavamiento de la inflación en las cuentas de jubilación

La Contaduría General del Estado ha estimado en las últimas semanas el incremento del gasto en pensiones para el próximo año en +0,7% del PIB. Crecimiento impulsado principalmente por la fiebre de la inflación. Que sigue al alza y que podría obligar al Ministerio de Economía ya en septiembre a actualizar al alza esta previsión. En todo caso, el próximo gobierno con la ley de presupuestos, que por el adelanto de las elecciones habrá que definir a toda prisa y llegará casi in extremis para evitar el ejercicio provisional, tendrá que recuperar al menos 6 u 8 mil millones para asegurar Indización completa de enero de tratamientos. Una dote nada desdeñable que se sumará a los recursos ya asignados con el Decreto de Ayudas bis para adelantar a octubre una revalorización del 2%.

El avance de las revalorizaciones en octubre

Tal y como prevé el decreto Aid bis, en octubre los pensionistas con cheques que actualmente no superen los 2.692 € brutos mensuales recibirán una revalorización extraordinaria del 2% válida para las mensualidades de octubre, noviembre y diciembre (incluida la decimotercera), en forma de un avance sustancial el ajuste de tratamientos a la evolución de la inflación en 2022 previsto para enero. El incremento real en el importe de las pensiones de entre 2.000 € y 2.692 € debería oscilar entre 40 € y 50 €. De nuevo como consecuencia del Decreto de Ayudas bis, en noviembre todos los pensionistas se beneficiarán del ajuste de la revalorización del 0,2% en 2021, dado que el año pasado la inflación definitiva fue superior (1,9%) a la garantizada con los ajustes de enero pasado ( 1,7%).



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