Contenedores de pan donde los residentes pueden donar sus sándwiches sobrantes, una hermosa página para colorear sobre las molestias de las ratas y un musical especial para niños llamado Bread Hood and the Angry Rat: no ha ayudado todavía. Porque a pesar de toda la atención que se presta a cómo los propios residentes locales pueden reducir las molestias causadas por las ratas, los roedores siguen siendo un huésped no deseado en el distrito Mariahoeve de La Haya. «No es de extrañar, porque con toda la comida tirada al suelo, este es un paraíso para las ratas».
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Infestado de ratas: ‘Cuando salgo, simplemente me disparan entre los pies’
