Más de dos meses después de que el Consejo de Disputas sobre Permisos echara a perder su nuevo craqueador de etano Project One, el gigante químico británico Ineos ha solicitado un nuevo permiso en el procedimiento en curso. “Ahora esperamos obtener un permiso en diciembre. Cuanto más rápido, mejor, porque cerrar el patio nos cuesta mucho dinero cada día”, afirma la portavoz Nathalie Meert. “Ya hemos hecho los deberes”.
En su sentencia de anulación, el Consejo de Disputas sobre Permisos fue claro: Ineos no había investigado suficientemente las consecuencias de sus emisiones de nitrógeno para Brabantse Wal, una reserva natural justo al otro lado de la frontera holandesa. La evaluación adecuada no demostró con suficiente detalle que el nitrógeno no tenga un impacto significativo.
En los últimos meses, la empresa ha estado trabajando rigurosamente en una evaluación adecuada y concluyente. Un equipo de expertos en medio ambiente y biodiversidad de la consultora Arcadis elaboró un informe de más de 800 páginas, casi diez veces más que la evaluación anterior.
Esto no sólo se hizo en Brabantse Wal, sino también en todas las reservas naturales de Flandes y Países Bajos en las que el craqueador de etano podría tener un impacto.