La historia casi parece sacada de una película de Disney. La gata francesa Louise-Charlotte, de 3 años, viajó 1.000 kilómetros para encontrar a su dueño, que desde entonces se había mudado a Alemania. Un viaje que le llevó al animal nada menos que seis meses.
En junio pasado, la dueña del gato, la periodista Hildegard Holtschneider, de 74 años, se mudó desde el suroeste de Francia a su ciudad natal de Düsseldorf. Había planeado llevarse a su gatita Louise-Charlotte con ella, pero no se la vio por ningún lado durante la mudanza. Con el corazón apesadumbrado, la mujer tuvo que irse sin su amada mascota. Pero una vez instalada en Alemania, Hildegarda continuó su búsqueda. «La busqué desesperadamente y llamé a todas las organizaciones protectoras de animales, refugios y médicos de la zona, pero nadie la había visto», dijo al periódico alemán Rheinische Post.
Seis meses después, Hildegard recibió una notable llamada telefónica de un consultorio veterinario en Braunschweig, Alemania, a unos 300 kilómetros de Düsseldorf. Una estudiante descubrió al joven gato maullando frente a su puerta. Ella acogió al animal durante unos días antes de llevarlo al veterinario, quien se dio cuenta de que el gato tenía un microchip. La estudiante se ofreció a llevar a Louise-Charlotte directamente a su dueño en Düsseldorf: “Fue increíble, nos encontramos en el andén de la estación, lloré y mi pequeño maltés reconoció inmediatamente a mi gato, ambos se dieron besos”.
Hildegarda todavía tiene muchas preguntas: ¿Cómo pudo este gato, que nunca ha estado en Alemania, tomar esa dirección? ¿Cómo sobrevivió seis meses? “Le pregunté a Louise-Charlotte cómo lo hacía, ¡pero, por supuesto, no me respondió!”, bromea.
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