Un hombre de 23 años de Eindhoven y un hombre de 41 de Rotterdam fueron condenados el lunes por incendio provocado en Nuland con dos cócteles Molotov. Arrojaron las botellas ardiendo debajo de un coche y contra una casa en Akkerpolei, en Nuland. El juez de Den Bosch ha condenado al hombre de Eindhoven a dos años de cárcel y al de Rotterdam a un año y medio.
“Los sospechosos han indicado que el propósito del incendio era disuadir. El hecho de que se haya provocado un incendio porque la expareja no está de acuerdo con la nueva relación es impactante y despiadado”, explicó el tribunal.
La residente de la casa de Akkerpolei cree que su ex, Antoon R., está detrás del incendio. En el momento del incendio, estaba detenido por secuestrar a su ex. El joven de 23 años mantuvo contacto telefónico y visitó la prisión el día antes del incendio. Durante una audiencia anterior no quiso decir cuándo ni de quién recibió el encargo. “No hablo con total libertad”, dijo en ese momento.
Pero el juez ya los culpa por el hecho de que los hombres aceptaron el encargo. El residente de Rotterdam (41 años) fue condenado a un año y medio de prisión. El hombre de Eindhoven a dos años de prisión. Esto se debe a que la policía encontró veinte gramos de cocaína en su coche tras su arresto.
“Su acción puso en peligro la vida de los residentes”.
El 1 de septiembre del año pasado, el sospechoso de 23 años arrojó una botella de gasolina ardiendo contra el invernadero en la parte trasera de la casa en Nuland. La botella se apagó y nadie resultó herido. Pese a ello, se trataba de una situación “muy peligrosa” porque en ese momento se encontraban en la casa cuatro adultos, un niño pequeño y un bebé recién nacido. El hombre, de 41 años, arrojó una bomba molotov debajo del coche aparcado junto a la casa. El coche se incendió y no se pudo salvar.
Ambos sospechosos hicieron previamente una declaración confesional y expresaron remordimiento varias veces. Calificaron su acción de estúpida y no bien pensada. “Su acción puso en peligro la vida de los residentes. Afortunadamente, la casa no sufrió daños, pero eso ciertamente no se debe a los sospechosos”, explicó el juez.
Desde entonces las víctimas se han mudado, pero todavía tienen miedo. Al igual que el agente, han solicitado expresamente una orden de alejamiento. El tribunal estuvo de acuerdo.
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