Impuestos y contribuciones lastran el trabajo: la cuña real es del 60%


Contra 300 mil millones de salarios brutos pagados en promedio cada año en el sector privado, el Estado recauda alrededor de 100 mil millones en cotizaciones a la seguridad social y 80 mil millones en Irpef para un total de 180 mil millones de euros a pagar por empleadores y trabajadores: por lo tanto, el real La cuña fiscal y contributiva en el sector privado es del 60 %, y es muy superior a la cifra de la OCDE que se sitúa en el 46,5 % en 2021 (referido al salario medio de un solo trabajador), aunque entre las más altas de los países industrializados. En este informe, la cuña de cotización es mayor porque pesa un 33% mientras que la cuña fiscal es del 26%.

La presión de los interlocutores sociales

El tema es de gran actualidad, porque a la espera de la convocatoria del presidente del Gobierno, Mario Draghi, la reducción de la cuña fiscal es colocada por los interlocutores sociales en el primer lugar de la agenda de peticiones a realizar al Gobierno para dar impulso a los salarios comprimidos por la recrudecimiento de la inflación, como se desprende de la fiesta de la economía de Trento, donde hubo una convergencia entre Cisl, Uil y Confindustria. Incluso para el líder de la CGIL Maurizio Landini, ausente del festival por motivos familiares, la prioridad es aumentar el salario neto de los trabajadores y jubilados, con un corte de cuña, sin embargo, todo en beneficio de los trabajadores, y a través de la renovaciones de convenios colectivos nacionales (necesidad compartida por Luigi Sbarra y Pierpaolo Bombardieri). Una apertura del Gobierno provino del ministro de Desarrollo Económico, Giancarlo Giorgetti, quien observó cómo «Italia está entre los países con los salarios más bajos también porque el Estado se lleva a casa gran parte del salario bruto de los trabajadores», indicando en el recorte de la cuña fiscal la vía para garantizar «el poder adquisitivo que es prioritario».

En el punto de mira está la propuesta del presidente de Confindustria Carlo Bonomi de reducción estructural de la cuña fiscal-contributiva de 16.000 millones de euros, en beneficio de dos tercios de los trabajadores y un tercio de las empresas, lo que supondría rentas de hasta 35 miles de euros Beneficio de 1.223 euros. En la práctica, tendrían un mes extra, financiado en parte por los 38.000 millones de ingresos extra tributarios para 2022 señalados en el Def y en parte por el saneamiento del 1,6% de los aproximadamente mil billones de gasto público.

La carga real incurrida

ES por ello es importante analizar los datos que conducen al aumento real de las cargas a las que se someten cada año el empleador y el trabajador sobre los salarios brutos pagados en aplicación de la negociación colectiva, o por iniciativa de la empresa. Cada año, en promedio, en Italia se pagan algo más de 300 mil millones de euros en el sector privado (la cifra, obviamente, varía de un año a otro). Estos son los salarios brutos del IRPF y del INPS que la ley impone a los trabajadores y en la misma cuantía, los patrones están obligados a pagar sus cargas de seguridad social y asistencial para componer la cuña fiscal y de cotización que pesan sobre los salarios: es decir, la diferencia entre el costo que soporta la empresa y el neto que recibe el trabajador.

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Sobre este punto se han difundido diversas cifras como, por ejemplo, un 46,5% (datos de la OCDE), un 43% si tomamos algunas posiciones de observadores privados. Todas estas son cifras confiables, porque depende del tramo de ingresos en el que se basa el análisis. Por otro lado, no todas las empresas pagan las mismas cotizaciones y no todos los trabajadores pagan el mismo IRPF. Por ejemplo, la OCDE saca la cifra del 46,5% analizando un solo trabajador con un salario medio. Por tanto, es normal que cada tipo de núcleo o renta pueda generar el valor estadístico diferente. La cifra italiana es superior a la media de la OCDE (34,6 %), y si a las indemnizaciones por despido y las cotizaciones al Inail se suman los institutos incluidos en las estadísticas de la OCDE, la cuña italiana sube hasta en torno al 50 %, sólo superada por la de Bélgica (52,6 %).



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