Imola, hace cuarenta años: Pironi-Villeneuve y aquel podio que rompió una amistad

El GP de San Marino de 1982 pasará a la historia con la polémica victoria de Pironi sobre Villeneuve, una querida y «maldita» pareja de Ferrari. El francés y el canadiense no volverán a ser amigos por esa carrera, y Gilles morirá en Zolder unos días después.

1982 parece ser realmente el año adecuado para devolver el título mundial de F1 a Ferrari: Mauro Forghieri, asistido por el trabajo del ingeniero británico Harvey Postlethwaite, presenta el Ferrari 126 C2, un automóvil que tenía la potencia del motor que el anterior 126 C ya alardeaba. , ganador en Montecarlo y Jarama en el campeonato del mundo de 1981 sobre todo gracias a dos inolvidables pruebas de conducción de Gilles Villeneuve, combina un cuadro más robusto y una aerodinámica muy eficaz. Es la máquina con la que el canadiense está convencido de que puede salir campeón. La misma convicción también empieza a tener Didier Pironi, el tranquilizador parisino con el que Gilles se lleva enseguida, al que suele hospedar en el helicóptero, con el que le encanta divertirse compitiendo en sus respectivos Ferrari de carretera. Por otro lado, si Villeneuve, atado como está al código de la lealtad y la amistad, piensa que el equipo está dispuesto a pagarle lo que hizo en 1979 con Scheckter, quizás Pironi cree, por otro lado, que Ferrari sí lo hace. No hablar nunca claramente sobre cuál de los dos pilotos es el favorito para la caza del título mundial. Ni siquiera si uno de los dos se llama Gilles Villeneuve.



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