Se trata, por ejemplo, de un asiento desgastado de madera, metal y otros materiales. O un contenedor de residuos de una carpintería donde desaparecen todo tipo de cosas. La intención es separar más de la mitad de los residuos que ahora van a la incineradora para poder reutilizarlos.
“Un trozo de papel se convierte en un periódico nuevo o en una caja de cartón. Una lámina se convierte en una lámina nueva que luego vuelve a terminar en el supermercado. Así, en realidad, cerramos el círculo”, añade Bonnier.
Una menor incineración de residuos también significa menos emisiones de CO2. Podrás ver la instalación de Imog en Harelbeke el próximo domingo durante el Open Business Day. La instalación no estará en pleno funcionamiento hasta noviembre. Imog sigue buscando 15 nuevos empleados