Larissa Iapichino entra en el corazón del atletismo italiano con una plata de cuento. La italiana prendió fuego al Olímpico con una carrera de carácter: fuera de las medallas después de cinco intentos, ocupó el segundo lugar con 6,94, detrás de la alemana Mihambo, por delante de su madre Fiona May y constantemente asesorada por su padre-entrenador Gianni. Al final de la carrera el emotivo abrazo con la madre (Imágenes Rai)