Se convirtió en el rostro de miles de turcos y sirios de luto tras el terremoto: el desesperado Mesut Hancer, con su abrigo naranja entre los escombros. De la mano de su difunta hija Irmak. La imagen ilustró muchas portadas en todo el mundo. Tres semanas después cuenta su historia. “También perdí a mi madre, mis hermanos y mis sobrinos en el terremoto. Pero enterrar a tu hijo no es comparable”.
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