Hombre loro da noches de insomnio al barrio: ‘Es capaz de cualquier cosa’


Los residentes de Alderman Notenplein en Beek en Donk están completamente hartos de un vecino. Los loros no solo son una molestia. Él también sabe acerca de los mitones. “He disfrutado vivir aquí durante 25 años. Ya no”, dice la vecina Marij van Oorschot (68).

Escrito por

rochelle musgo

Desde que el hombre se mudó a la casa contigua a la de ella hace cuatro años, se ha perdido la paz en el barrio donde viven principalmente personas mayores. El vecino tiene loros en su patio trasero y hacen mucho ruido. El sonido de los pájaros vuelve locos a Marij y a otros residentes. Pero como Marij ha dicho algo al respecto, es la guerra.

“En el supermercado incluso vino hacia mí con el puño lleno”.

Según vecinos del lugar, el hombre amenaza a la gente del barrio, previamente rompió una ventana y manchó de pintura varias puertas de los vecinos. “Cuando pasas por delante, ya empieza a maldecir”, dice Marij acaloradamente. “En el supermercado me vino hasta con el puño lleno. Siempre respeto a las personas mayores, pero no a él. Es capaz de cualquier cosa”.

El propio vecino Wim Dortu niega todas las acusaciones. Según él, se está llevando a cabo una campaña de desprestigio contra él y su ahora fallecido compañero de cuarto. Él estalla en lágrimas. “Estoy en. Ya he tenido que vender siete pájaros y también vienen a recoger el último. Si también tengo que salir de mi casa, elijo la muerte. No veo otra perspectiva”.

“Destrozó todo en su casa alquilada cuando tuvo que salir”.

Wim tuvo que mudarse cuatro veces en el pasado, porque también causaba molestias en otros lugares. “Hace veinte años también criaba perros además de loros. Tenía 25”, dice el vecino Hans Van de Weijer (68), quien también vivía cerca en ese momento. “Cuando tuvo que irse después de siete años, destrozó todo en esa casa alquilada”.

El vecindario teme que esto vuelva a suceder. La corporación de vivienda ha presentado un caso y debería quedar claro el jueves si Wim debería irse. Aunque, según Marij, las represalias podrían seguir, ella espera finalmente tener paz. Ella tiene lágrimas en los ojos. “Debe haber terminado. Quiero seguir con mi vida y no con un vecino así”.

La puerta de Marij manchada de pintura (foto: Marij van Oorschot).
La puerta de Marij manchada de pintura (foto: Marij van Oorschot).



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