Eduard F., de 51 años, de Etten-Leur, fue condenado el martes a diecisiete años de prisión por el asesinato de Jelle Leemans. El cuerpo del hombre de Rumst en Bélgica nunca ha sido encontrado. Sin embargo, el tribunal supone que Leemans, de 27 años, fue asesinado durante un intento de robo.
El belga desapareció el 21 de noviembre de 2013. A pesar de las llamadas a través del programa de televisión Descubrimiento solicitado y búsquedas exhaustivas por parte de la policía, Leemans o su cuerpo nunca han sido encontrados. F. dijo que había cerrado un negocio de drogas con él ese día en Rucphen. Siempre ha negado el asesinato.
Según el tribunal, Leemans pretendía comprar 10 kilos de hierba, pero F. quería robarle su dinero. Eso se le fue de las manos y mató al belga. Leemans habría llegado al Rucphense Bossen con 30.000 o 40.000 euros en el bolsillo.
Se han pedido quince años de prisión contra F. El tribunal no encontró ese castigo lo suficientemente alto, porque F. Leemans no solo mató, sino que también “escondió su cuerpo y aún lo mantiene oculto”.
No hay indicios de que Leemans siga vivo.
El tribunal explicó en detalle en la sentencia que no hay indicios de que Leemans todavía esté vivo o que él mismo quisiera desaparecer.
Al hacerlo, la corte enfatiza el entusiasmo por la vida de Leemans. “La relación con sus padres y hermanas era buena. Era sociable, tenía muchos conocidos y buenos amigos. Vivía con su novia. Estaba renovando su casa, estaba sano, no tenía depresión ni ninguna otra enfermedad mental. No hay indicios. de problemas financieros”.
Las imágenes de F. que devolvió el coche de Leemans a Merksem (Amberes) son una prueba importante. Además, su ADN estaba en la palanca de cambios y en el cinturón de seguridad del auto de Leemans. Finalmente, se encontró sangre de Leemans en la tapicería del auto de F.
El abogado de F. apela inmediatamente.