El Ministro Wopke Hoekstra (Asuntos Exteriores) visita China hoy. La visita de dos días pone al ministro en un dilema difícil. Hoekstra no solo quiere hablar sobre la (importante) relación comercial, sino que también quiere confrontar a los chinos con temas delicados.
Es la primera vez que un miembro del gabinete visita el país desde la pandemia del coronavirus. Eso no quiere decir que los canales diplomáticos entre China y los Países Bajos hayan sido planos desde entonces. A principios de este mes, el vicepresidente chino, Han Zheng, visitó nuestro país.
El primer ministro Mark Rutte fue criticado por esto. En los últimos años, la Cámara de Representantes ha tomado una línea más dura hacia el país. Las violaciones de derechos humanos contra los uigures, que están detenidos en gran escala en campos de detención, han sido calificadas de genocidio. Para gran enojo de Beijing.
Rutte quiere mantenerse en contacto con China. “Esta es una relación importante de los Países Bajos. Si solo puedo hablar con países con los que todo está bien, entonces esa lista es muy pequeña”.
Hoekstra debe cumplir sus promesas
Hoekstra anunció previamente que no solo hablará de los temas “fáciles”, como la relación comercial. “Obviamente también vamos a hablar sobre las cosas que nos preocupan”.
Esa lista ha crecido considerablemente en los últimos años. Las violaciones de los derechos humanos han sido una espina en el costado de los Países Bajos durante años. Desde el año pasado, también se ha agregado la actitud de China hacia la guerra en Ucrania.
China sostiene que es una parte neutral en la guerra. Otros partidos, como EE. UU., argumentan que esto es imposible mientras China siga apoyando a los rusos. Rutte dice que pidió a China que desempeñe un “papel más activo” en las conversaciones con Zheng la semana pasada.
China cada vez llama más la atención en un sentido negativo
China también se está notando cada vez más en un sentido negativo en la política holandesa. Por ejemplo, el servicio de inteligencia AIVD concluyó que China es la mayor amenaza para la seguridad económica. La decisión de los Países Bajos de restringir la exportación de ciertas máquinas de chips ASML a China a principios de este año también enfureció a los chinos.
Las restricciones podrían ser un gran golpe para las ambiciones tecnológicas de China. Junto con Japón y los EE. UU., los Países Bajos son, con mucho, el mayor proveedor de estas máquinas de chips. Japón y EE. UU. también limitaron sus exportaciones a China, en parte porque EE. UU. duda sobre cualquier propósito militar que puedan tener los chips.
La relación entre China y los Países Bajos también se ha visto sacudida en los últimos años por disturbios menores. Noticias RTL reveló a fines del año pasado que China tiene estaciones de policía ilegales en los Países Bajos. Se utilizarían para presionar a los chinos críticos. Hoekstra decidió cerrar inmediatamente las comisarías.
Equilibrio entre socio comercial crítico e importante
Con todo, será un acto de equilibrio decente para Hoekstra. El ministro debe poder demostrar al final de su visita que ha dolido a China por todas las críticas y temas delicados. Al mismo tiempo, debe mantener como amigo a uno de los socios comerciales más importantes de los Países Bajos.
Solo en 2021, todo el comercio tuvo un valor de alrededor de 73 mil millones de euros. Además, los Países Bajos dependen de China para algunos productos, como antibióticos y materias primas para la industria farmacéutica. Esa es una razón importante por la cual el gobierno está adoptando una actitud moderada hacia Beijing.
Hoekstra tiene dificultades con el papel en el que tiene que maniobrar. “La relación lleva a un sentimiento de incomodidad”, escribió a la Cámara a principios de este año. Rutte enfatizó que, a pesar de todos los intereses, los Países Bajos seguirán planteando cuestiones difíciles. El trabajo de Hoekstra es hacer lo mismo esta semana.