Durante las próximas tres semanas, no habrá reuniones los martes o miércoles. Los hombres de MI Stadio podrán trabajar. Sin resultados, la única alternativa era el cambio de todo el césped híbrido tras el Inter-Juve del 19 de marzo: el parón ayuda, pero se necesitan 10 días y 500.000 euros…
El césped de San Siro está “estresado” y los milaneses, que gestionan la instalación (propiedad del Municipio) a través del MI Stadio, analizan posibles soluciones. La más extrema es un cambio de césped, durante el descanso de las selecciones, o después del Inter-Juventus el 19 de marzo. Costaría 500.000 euros porque desde hace unos diez años la superficie del Meazza es híbrida, es decir, compuesta en un 10-15% por hilos de plástico cosidos al césped de hierba natural. El trabajo tarda 10 días en completarse y por supuesto una inversión de 250.000 euros por parte del Inter y el Milan. Razón suficiente para esperar que las próximas semanas traigan una mejora y por lo tanto… un importante ahorro económico.
GIRA DE FUERZA
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Desde el 4 de enero hasta mañana, 26 de febrero, se habrán disputado en el Meazza 14 partidos oficiales, incluido el derbi ante los nerazzurri: 9 de Liga, 3 de Coppa Italia y 2 de Champions League; Inter jugó 8 y Milán 6. La semana más estresante para el césped fue entre Milán-Roma el 8 de enero e Inter-Verona el 14 porque también estaban los octavos de final de la Coppa Italia, Inter-Parma (el 10) y el Milán-Turín (el día 11), ambos terminaron en la prórroga. Después de eso, sin embargo, hubo tres “entre semana” más, uno en la Coppa Italia (31 de enero, Inter-Atalanta) y dos en la Liga de Campeones (Milán-Tottenham el 14 de febrero; Inter-Oporto el miércoles). Con semejante proeza, sumada a las temperaturas invernales, es imposible evitar que en algunas zonas, especialmente en el mediocampo, se haya producido una disminución del 50% en la densidad del césped. Sin embargo, se respetan los parámetros de la UEFA. Desde la grada, visualmente, el deterioro es evidente, pero en el campo, gracias a los hilos sintéticos implantados con una máquina especial, no se crean agujeros (peligrosos porque suelen provocar lesiones). Los resbalones no son frecuentes y la estabilidad está garantizada. El argonomista a cargo del Meazza, Giovanni Castelli, y los hombres del MI Stadio han intentado “tapar” la situación con el calentamiento de los serpentines subterráneos, lámparas fotosintéticas, carros que se encienden a 600 kilovatios, activadores biológicos y fertilizantes, pero cuando la hierba está tan estresada, es difícil que no se debilite.
SOLUCIONES
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Después del Milán-Atalanta del domingo y hasta el descanso no habrá más partidos entre semana y así el césped tendrá más tiempo para cuidarse, para… respirar. Y, los involucrados en su cuidado esperan, aumentar la densidad gracias a una nueva plantación. Sin embargo, habrá que tomar una decisión sobre el posible reencespedado no el 19 de marzo, sino antes porque hay tiempos técnicos que respetar: por ejemplo los vinculados al césped que ahora se trata en invernaderos y que, a pesar de tener un mayor densidad de penachos, tienen un color amarillo o por lo menos verde menos brillante porque no se calientan como los de San Siro. El último cambio de césped se realizó el verano pasado, después de la temporada de conciertos, y solo se realizará a fines de marzo si los dos clubes no ven progreso en los próximos días. Abril y mayo serán igualmente intensos, sobre todo con la esperanza de que los milaneses progresen lo máximo posible en la Champions League (el Inter también tiene la semifinal de la Coppa Italia con la Juventus a finales de abril): una variable Para tomar en consideración.
25 de febrero – 00:54
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