Tiene 85 años y ya no es tan ágil como le gustaría, pero Hennie Groenewegen no duda en dejar de ser voluntaria en la residencia de ancianos Overslydregt. Durante 55 años, la octogenaria ha puesto todo su corazón y alma en ello. “No tengo hijos propios. Esas personas son mis hijos, así es como se siente”.
ttn-es-42