Henk acogió a siete refugiados: ‘Nunca dudé’

Henk van Roij de Heythuysen no dudó ni un momento cuando estalló la guerra en Ucrania. «Escuché que iban a recoger refugiados en Polonia. He puesto mi casa a disposición, todavía tengo todo el espacio aquí».

Julia Gorova (31) vive en su dormitorio con sus cuatro hijos. El menor tiene siete meses. Huyó cuando su ciudad natal de Kiev fue bombardeada. Se mudó con Henk junto con otra madre de dos hijos.

‘Pueden hacer todo’
Los niños juegan y corretean por la casa. «Mientras se sientan libres, eso es lo más importante. Pueden hacer cualquier cosa», dice Henk. «No hablamos mucho de la guerra. A ellos tampoco les gusta hacer eso. En cambio, nos reímos mucho, contra el dolor».

durmiendo en el suelo
Los refugiados fueron recogidos por Elena Kalinovskaya en la estación de Cracovia. «Están durmiendo en el suelo, a menudo angustiados. La logística allí está completamente atascada, así que tratamos de ayudar», explica Kalinovskaya. Vive en Limburgo pero es originaria de Bielorrusia. «Tengo que ayudar. Los ucranianos son mis parientes». En total, los voluntarios de la Fundación Plataforma Ucrania recogieron y alojaron a 45 refugiados.

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Confiar
Elena habla ruso y juega un papel importante en la recuperación de refugiados. «Las madres con niños están solas y asustadas. No solo confían en ti. A menudo también quieren estar lo más cerca posible de Ucrania. Puedo hablar con ellas libremente. Les digo que es seguro en los Países Bajos y que están bien cuidado allí».

Corazón en Ucrania
Julia Gorova se siente aliviada de que haya terminado el agotador viaje de 1.200 kilómetros. Sigue la guerra desde Heythuysen. Extraña mucho su patria y su familia. «Me alegro de estar a salvo aquí, con gente encantadora que me cuida. Le estaré eternamente agradecido a Geert. Pero mi corazón está en Ucrania, con mi familia. Es tan extraño ver a través de tu teléfono cómo todo se derrumbó». va a haber».

no tienes que irte
Ella no sabe cuánto tiempo se quedará aquí. Pero ella no tiene que preocuparse por eso, según Henk. «Por mucho que dure la guerra, nunca diré: ‘Señoras, todeloe’. Aunque sean meses. Eso no me preocupa para nada».



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