El nuevo arzobispo Luc Terlinden (54) respondió por primera vez al documental de VRT durante un servicio religioso en el marco de la despedida de su predecesor, Jozef De Kesel, que tuvo lugar el viernes por la tarde en la catedral de San Rumbold en Malinas. Dejado de la mano de dios.
“Los acontecimientos actuales sacan a la luz una vez más los abusos en la iglesia”, dijo Terlinden en su homilía. “La injusticia. El escándalo. Y sobre todo el inmenso sufrimiento de las numerosas víctimas, de sus familiares y de sus amigos. Un sufrimiento que nunca podrá olvidarse en cada uno de ellos. Un sufrimiento que nunca debe ser olvidado ni silenciado en nuestra comunidad religiosa”.
“Sí. Fracasamos”, admitió luego. “A veces poniendo las cosas en perspectiva y sin ver el alcance de los dramas personales. Al no actuar siempre de forma coherente o tomar medidas adecuadas y decisivas. E incluso encubriendo crímenes”.
Según Terlinden, ya se ha hecho mucho “para hacer frente a la gran injusticia de los abusos”, un esfuerzo por el que agradeció “a todos los que se han comprometido hasta hoy”. “En particular mi predecesor, que siempre se ha comprometido a acoger y escuchar a las víctimas. Una y otra vez comprobó minuciosamente si se había hecho justicia con ellos y si se habían tomado las medidas restrictivas necesarias contra los perpetradores”.
Sin embargo, es importante, dijo, “continuar este trabajo, por el bien de tantas personas que se sienten heridas por esta injusticia”.