Hay temas que no requieren filtros, como la sexualidad. Así, las redes sociales, con su anonimato, se convierten en mesas redondas de “educación sexual”, abiertas a todos. Intentar, con nuevos lenguajes, enseñar valores


PAGEmpecemos por la base: lamentablemente, la educación sexual todavía no es una materia obligatoria en las escuelas hoy en día. Difundir información sobre el tema en las redes sociales significa partir del supuesto de que no todos parten del mismo acervo de conocimientos. Hablo con niñas y niños de 13, 14 años, si no más jóvenes, y la pregunta a la que tengo que responder con más frecuencia es la más banal: “¿Cómo estamos hechos?”. O “¿Cómo funciona nuestro sistema reproductivo?”

Nuevas relaciones y sexo, ¿por qué la gente lo practica menos hoy en día?

Siempre ha sido más fácil hacer preguntas a alguien fuera de tu vida cotidiana que a tu familia. Hace años las cartas se enviaban al corazón de los periódicos, hoy las dudas se resuelven escribiendo de forma anónima, online y en las redes sociales. Los cuales tienen pros y contras, ciertamente muchos desafíos.

Sexo explicado en Instagram

No es fácil tratar temas tan complejos e íntimos en vídeos que deben ser de fácil acceso y rapidez para llegar al mayor número de personas posible. Este es el precio que pagas si tu objetivo es hacer que la información se vuelva viral. Busqué más espacio en un libro, S3X Talk, sexualidad, orgasmos y relaciones no convencionales, firmado Medmakiun proyecto cultural fundado con mi colega Verónica Bartolucci, licenciada en Ciencias Biológicas. Cuenta una idea contemporánea del sexo que os describiría con tres adjetivos: libre, consciente, divertido.

Libertad significa aceptar la diversidad. Todas las personas son diferentes. Pueden tener diferentes deseos, cuerpos, orientaciones (heterosexual, homosexual, bisexual, asexual; pues sí, hay personas que no consideran tan importante el sexo). Una relación sexual es siempre una relación entre personas en la que se expresa el consentimiento y se puede retirar en cualquier momento. En fin, diversión.

Asja Tilotta, estudiante de Medicina, divulgadora en las redes sociales sobre educación sexual (en Instagram @medmaki)

Se habla poco de placer, más de los peligros ligados al sexo como enfermedades transmisibles, embarazos no deseados… Bien, pero la pregunta más importante nunca se responde: ¿por qué tenemos relaciones sexuales? La respuesta es tan sencilla que casi te hace sonreír: ¡porque nos gusta, porque es divertido!

La generación Z es bombardeada por la sexualidad. Por un lado, está ganando en apertura; basta pensar en el antiguo tabú de la masturbación femenina. Los juguetes sexuales se despachan a través de aduanas, al igual que los accesorios de belleza. Por otra parte, la influencia exponencial de la industria de la pornografía se está apoderando de niños y niñas cada vez más jóvenes y corre el riesgo de provocar una impronta muy poco realista.

Perpetúa tanto el tabú de la virginidad como algo de lo que hay que liberarse como el recuento de cadáveres o la pregunta: “¿Con cuántas personas has tenido relaciones sexuales en tu vida?”. Como si fuera importante, definir. No lo es. Y la educación sexual debería ser también educación afectiva. Entendido como respeto, hacia uno mismo y hacia los demás.

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