Sólo más tarde se pudo vincular al hombre que conducía el barco con el contrabando. El albanés había viajado en una furgoneta desde Lieja hasta De Panne. Se dice que el albanés de Lieja es la figura clave, pero por miedo a su familia, los demás implicados no hacen ninguna declaración sobre él. Según la defensa, no es un contrabandista y dijo que fue enviado al mar con explicaciones limitadas.
La Fiscalía exigió en rebeldía una pena de seis años de prisión y una multa de 48.000 euros para el presunto cabecilla de la banda. Otros dos se arriesgan a la misma multa y cuatro años de prisión, de los cuales dieciocho meses son efectivos. El juez dictará sentencia el 3 de enero.