Si hay un purificador de aire en el salón de clases, la posibilidad de que un niño infecte a otro niño con el virus corona se reduce por un factor de doce. Esto se desprende de los primeros resultados del proyecto del ingeniero Bert Blocken (KU Leuven/TU Eindhoven), el virólogo Marc Van Ranst (KU Leuven) y Leen Peeters (Th!nk E), en el que se colocaron purificadores de aire en las aulas.
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