Yassine Sabaihia fue condenado a ocho años de prisión, Farid Khelil a diez años y Jean-Philippe Jean Louis a trece años. Los sospechosos habían jurado lealtad al grupo terrorista IS (Estado Islámico). Los tres proceden de las inmediaciones de los dos perpetradores, que fueron asesinados a tiros cuando salían de la iglesia tras el asesinato.
Un cuarto sospechoso, Rachid Kassim, fue condenado en rebeldía a cadena perpetua por complicidad en el asesinato. Se sospecha que este partidario del EI murió en Irak.