La decisión de la administración estadounidense debería presionar a Rusia y China para que prometan lo mismo. Probar tales armas crearía desechos que podrían representar una amenaza para las naves espaciales en órbita, incluida la Estación Espacial Internacional.
Rusia probó un arma antisatélite en un satélite que ya no usa en noviembre. Harris, quien preside el Consejo Espacial Nacional de EE. UU. como vicepresidente, criticó esto en ese momento. “Este acto irresponsable pone en peligro a los satélites de otros países, así como a los astronautas de la Estación Espacial Internacional”.
En 2007, China realizó una prueba similar. Según el grupo de expertos estadounidense Secure World Foundation, más de 3.000 piezas de escombros terminaron en el espacio. Según el grupo de expertos, EE. UU. ya realizó tales pruebas: en 1985, 1986 y 2008.