Un conocido le preguntó en 1983 si Hans Bijleveld (77) quería una NSU TT 1200. Su respuesta fue sí y consiguió que su nuevo amigo azul llegara a casa gratis. La única condición era que restauraría el auto a su antigua gloria. Esa remodelación tomó un tiempo, catorce años nada menos, pero su todo sigue funcionando.
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