El hacker, buscado desde hace tres años en todo el mundo y detenido en el aeropuerto de Malpensa, acusado de formar parte de un sindicato criminal que, según los investigadores, realizaba estafas en línea por valor de 31 millones de dólares.
El italoaustraliano de 43 años también está acusado de blanqueo de dinero.
A Pimpinela Escarlata de la red, las esposas le fueron colocadas nada más bajar de un vuelo que aterrizó en el centro de Milán procedente de Singapur. En su contra estaba pendiente una orden de arresto emitida en Estados Unidos por el Tribunal de Distrito de Carolina del Norte.
La solicitud de colaboración de la Policía italiana en la captura del ciberestafador procedía directamente del FBI. Fue la Policía Postal de Milán quien interceptó al hombre de 43 años en aquel vuelo con destino a Malpensa, momento en el que agentes de la Policía de Fronteras procedieron a la detención tras identificar al profesional del fraude informático.
Cuando fue bloqueado, tras una cacería mundial, el hacker llevaba consigo varios miles de euros en efectivo, algunos dispositivos informáticos, tarjetas de crédito y dos relojes de gran valor.