Fuera el “súper sello odioso”: significa “dar oxígeno al mercado, apoyando de forma efectiva a un sector tan preciado como el de la automoción que involucra directa e indirectamente a millones de familias”. El Viceprimer Ministro y Ministro de Infraestructuras y Transportes, Matteo Salvini, reafirma así la decisión del Gobierno de intervenir vía delegación fiscal (para lo que el Gobierno se ha dado un horizonte de dos años para su plena implementación) sobre las denominadas “microtasas” a partir precisamente del super impuesto. Una medida política fuertemente apoyada por Gusmeroli de la Liga y Marattin de Italia viva.
Los recibos de la superboll
Los ingresos por supersellos para el Estado representan algo más de 100 millones de euros al año. Una cifra que podría recuperarse de otra forma, liberando así el mercado de coches de más de 185 kW.
Los aplausos del Aci
Pero inmediatamente promovido también por el Aci: “¡Por fin! Después de nada menos que 11 años, se está aplicando la superbola a los coches, un impuesto tan injusto como inútil”, aplaude el presidente Angelo Sticchi Damiani, que ya ha agradecido al Gobierno haber comprendido la “anomalía” de este impuesto aplicado a automóviles con más de 185 kW (automóviles de lujo, vehículos deportivos y superdeportivos, pero también SUV grandes).
Los intentos de abolición fracasaron
Hace años que se habla de la supresión del supersello. La primera vez fue en 2013, con parlamentarios y asociaciones sectoriales clamando por el gobierno de Enrico Letta. Todos sabemos cómo fue. A partir de ahí, el tema ha vuelto a ponerse de moda cíclicamente, con promesas electorales que luego se desacatan, proyectos de ley que terminan en el olvido, etc.
Ahora, el viceministro Leo, respondiendo a la pregunta sobre microimpuestos y supersello planteada por Andrea de Bertoldi, diputado de los Hermanos de Italia, dijo: “Creo que ha llegado el momento de poner orden en este asunto”.
Como funciona
Introducido en 2011 por el gobierno de Monti, el superbollo prevé el pago de 10 euros por kW para kW por encima de 185 (251 CV). Potencia alcanzada ahora incluso por los compactos (el Volkswagen Golf R alcanza los 333 CV) y superada por impulso por berlinas medianas, todoterrenos, etc. Incluso si a menudo existe el “truco”. De hecho, el superimpuesto (así como el impuesto sobre automóviles normal) se aplica únicamente a los motores térmicos; no a la parte eléctrica. Así, por ejemplo, una berlina enchufable como el Peugeot 508 PSE ni siquiera sabe qué es Supermark, a pesar de su potencia de 360 CV (264 kW). Esto se debe a que el motor 1.6 de gasolina alcanza los 200 CV, mientras que los otros 160 CV proceden de los motores eléctricos.