El 16 de agosto de 2003 Ricardo Kakà llega a Italia. El jugador se convirtió entonces en una auténtica leyenda del Milán, entre goles y jugadas
Era el 16 de agosto de 2003 cuando Kaká aterrizó en Malpensa para convertirse en nuevo futbolista de Milán. El impacto no fue el mejor, con su particular atuendo. El mismo entrenador rossoneri de la época, Carlos Ancelotti recuerda la impresión inicial. “Cuando lo vi por primera vez me puse las manos en el pelo: lentes, bien peinado, cara de niño bueno, solo que no vi la carpeta con los libros y la merienda. Oh, Dios mío, tomamos un estudiante universitario. Bienvenido a Erasmus. Finalmente, un buen día vino a nosotros para entrenar. La primera pregunta que quería hacerle: ‘¿Les avisaste a papá y a mamá que no vas a ir a la escuela hoy?’. Pero luego él salió al campo y… Ábrete, cielos. Pero ábrete de verdad… Con el balón era monstruoso bajo sus pies. Uno de los jugadores más fuertes que he entrenado”. Así en su biografía. Kaká se convirtió en una leyenda rossoneri al ganar el Balón de Oro de 2007. LEA TAMBIÉN: Mercado de fichajes de Milán, aquí está la posible alternativa a Calafiori