Guía: Las siete dimensiones de la escalabilidad


La escalabilidad es un factor importante a considerar al comprar o construir infraestructura tecnológica para una empresa. Las instalaciones tradicionales que no son capaces de evolucionar se convierten en un hándicap, lo que provoca ralentizaciones, reorganizaciones a veces costosas y la posibilidad de que los competidores se adelanten.

Los consumidores esperan que los sitios web, las aplicaciones y las plataformas sean siempre funcionales. La velocidad, entre otras cosas, es un factor clave. De hecho, los estudios han demostrado que los usuarios de Internet no son pacientes. El 40% de los consumidores abandona un sitio si tarda más de 3 segundos en cargarse. El efecto es aún más fuerte en móvil donde la tasa alcanza el 53% según Google.

Entonces, ¿por qué tantas empresas luchan con la escalabilidad? No es que no supieron anticiparlo; es porque planificar su escalabilidad es mucho más complejo que simplemente preguntarse «¿evolucionará mi modelo?».

Todos sabemos lo que significa «evolucionar/escala», pero en una inspección más cercana queda claro que la escalabilidad abarca muchos tipos diferentes de crecimiento. En su forma más básica, la escalabilidad se refiere a escalabilidad administrativa, funcional y, ya sea que un sistema o proceso admita fácilmente más usuarios, características o funcionalidades adicionales y picos de carga o un rápido crecimiento en el uso.

Las empresas que quieren crecer más rápido necesitan más que escalabilidad básica. Necesitan una escalabilidad que tenga en cuenta una mayor complejidad y sofisticación, la integración de nuevas tecnologías, una mayor seguridad y requisitos legales, la globalización y la aceleración de la entrada al mercado.

Descubra las siete dimensiones de la escalabilidad que los líderes empresariales deben tener en cuenta al elegir una plataforma de contenido u otra parte clave de su infraestructura tecnológica.



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