Los hechos habrían tenido lugar el jueves 13 de junio en una funeraria de Blankenberge. Familiares y amigos pudieron presentar allí sus últimos respetos a un chico de 16 años, pero eso se habría salido de control. Se dice que un grupo de jóvenes alborotó las cosas. Supuestamente tocaron, levantaron y movieron el cuerpo del niño. Además, se dice que dos de los anillos del niño desaparecieron.