Greenpeace puede seguir utilizando la imagen del director general de Rabobank, Stefaan Decraene, en su campaña contra la deforestación. Rabobank había exigido en un procedimiento sumario que se prohibiera el uso del retrato de Decraene en la campaña porque, según el banco, esto violaría su privacidad y sus derechos de retrato. Sin embargo, el tribunal rechazó esta afirmación.
Greenpeace utilizó el retrato de Decraene en pegatinas, carteles y una pancarta de quince metros de altura en un edificio de Zuidas, donde se le puede ver como un vaquero “buscado” o con una motosierra en medio de una jungla talada. La organización ecologista inició las acciones porque Rabobank proporcionaría “combustible para la deforestación” financiando a empresas y particulares implicados en la tala de bosques en 37 países.
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El tribunal falló a favor de Greenpeace y no dudó en pronunciar su veredicto. “Como presidente de la junta directiva, debe aceptar que su rostro está vinculado al banco que administra y que debe rendir cuentas públicamente por sus acciones en ese cargo”. Al mismo tiempo, el tribunal reconoció que el uso de su retrato es una “intromisión en la esfera privada”, pero dictaminó que esto no es ilegal en este caso, porque la libertad de expresión tiene más peso.
Administradores públicos
Rabobank criticó duramente el fallo. “El juez ha permitido ‘trucos’ como forma de campaña”, respondió el banco. Aunque el banco dice que respeta el papel de Greenpeace en el debate social, calificó este enfoque personal de “completamente inapropiado”. El banco también afirmó que la campaña podría poner en peligro la seguridad personal de Decraene.
Greenpeace lo ve de otra manera. “Como director ejecutivo, el señor Decraene es la cara de Rabobank. Tiene el poder de influir en la política del banco e impulsar regulaciones que detengan los flujos financieros dañinos. Lo hacemos responsable de esa responsabilidad”, dijo Meike Rijksen, líder de la campaña de Bosques de Greenpeace Países Bajos.
Aún no está claro si esta afirmación significa que todos los administradores públicos deberían temer convertirse en la “cara” de una campaña. Según el juez, la cuestión es actualmente demasiado vaga para evaluarla de manera más amplia, porque en este proceso sumario no se incluyeron todas las circunstancias posibles en las que el retrato de Decraene o de otros empleados de Rabobank podría utilizarse en el futuro.
Rabobank está considerando apelar.