A finales del año pasado, el Bélgica fue inspeccionado en Zeebrugge tras una denuncia sobre dumping social. Según la denuncia, la naviera francesa Genavir, responsable de la explotación del barco, habría intentado celebrar un convenio colectivo de trabajo para esa tripulación en Letonia. Dado que el barco navega bajo bandera belga, esto constituye una violación del Convenio de los Trabajadores Marítimos.
El verano pasado, Genavir tuvo “varias oportunidades para poner todo en orden”, dijo el RBINS. Cuando la compañía francesa no lo hizo, el gobierno federal revocó la licencia del barco. Genavir presentó entonces dos demandas, una contra el Estado belga y otra contra FPS Mobility.
“El Bélgica es ahora un barco sin tripulación”, añadió el RBINS. “El programa de este año ya se ha cancelado en gran medida y nos preocupa mucho que el programa del próximo año también se cancele casi por completo. Es muy importante que Bélgica pueda continuar con todas las actividades en el Mar del Norte”. En 2024, el Bélgica sólo podría navegar un tercio del tiempo. Al agua cayó, entre otras cosas, una expedición al Polo Norte.