Grandes historias detrás del rock antiguo: ‘Boulder es un pedazo de hogar’

Según Hofsteenge, los cantos rodados son tan importantes para Drenthe porque con el tiempo se vuelven indispensables. «Es un poco como el dolmen del jardín. Al principio a la gente no le gusta, pero cuanto más tiempo permanece allí, más familiar se vuelve la vista. Miras por la ventana, lo ves, te comes un helado encima, hay Se añaden historias debajo de un erizo. Se ha convertido en un compañero del Drent.»

Por este motivo, el Centro Hunebed desea recuperar en su sede los cantos rodados de Drenthe que se utilizaron hace siglos en Hoorn para reforzar los diques marinos. Después de cientos de años, sería bonito exponer las piedras aquí, afirma Harrie Wolters, director del Centro Hunebed.

Según Hofsteenge, que ahora tiene varios cantos rodados en su jardín, esto subraya aún más el apego que tiene la provincia a esta roca de millones de años. «Lágrimas, ira, pérdida. Lo he visto todo. Puedes pensar: es sólo piedra. Pero fascina a la gente. No estamos hechos de piedra».

Mira el documental Keigoedetales a continuación:



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