Desde BZ
Se han gastado millones de euros en su protección. Pero después de la muerte masiva de peces en el verano, el pez lobo báltico estrictamente protegido desapareció del Oder.
Los investigadores acuáticos ahora han buscado en vano al pez grande de 8 a 12 centímetros con escamas doradas, que ha estado viviendo en el río fronterizo germano-polaco desde 2003. El Goldsteinbeißer probablemente no sobrevivió a la catástrofe medioambiental de agosto.
Trágico, porque recién en 2016 se aseguró su hábitat con una construcción millonaria para regular el caudal del Oder.
Los científicos del Instituto Leibniz hicieron otros dos terribles descubrimientos: casi solo los peces juveniles viven en el río fronterizo. La proporción de animales adultos cayó del 40 a casi el tres por ciento.
Lo peor: La salinidad del Oder es casi tan alta como en agosto. Las algas prosperaron en el agua tibia y salobre, y los peces murieron a causa de su veneno.
El investigador de Leibniz, Christian Wolter: “Si finalmente no se toman contramedidas, la masa de agua nunca se recuperará”.