La dirección reflexiona tras la cuarta derrota consecutiva, incluida la Copa de Italia. Ante Gasperini faltó la mitad del once titular
La frontera entre las responsabilidades de Gilardino y los límites obvios de un equipo que tuvo que renunciar a Frendrup, Messias, Badelj, Malinovskyi, Ekuban y luego perder a Bani durante el partido era demasiado borrosa. Y aquí está el punto central de la situación: el Génova está en caída libre, hoy ha sufrido su cuarta derrota consecutiva – incluido el derbi de la Copa de Italia -, la clasificación es alarmante y, en palabras del técnico rossoblù tras la derrota en Bérgamo (” esto es lo mejor que podemos dar”) hay una sensación de impotencia ante una situación que se vuelve dramática. Se necesita una reacción inmediata después del parón, y ciertamente no podemos esperar a la ventana de transferencias de enero para esperar una reversión de la tendencia.
elección difícil
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La dirección, con el director general Blázquez al frente está evaluando detenidamente la situación, pero entre los aspectos a considerar sobre la posibilidad de un cambio de dirección técnica se encuentra la imposibilidad de tomar una decisión sobre Gilardino sin contar con la opinión de A-Cap, principal acreedor del grupo 777, quien tiene la última palabra en cualquier punto relacionado con los costes del club rossoblù. Por un lado, el parón permite hacer una evaluación más racional de la situación, pero existe la conciencia de que con una plantilla en sus niveles más bajos (Melegoni fue reintegrado hoy para compensar las fuertes ausencias en el centro del campo) Sería difícil que otro entrenador hiciera milagros.